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El seleccionador español, como antes hacían en la época de Luis Enrique, tiene conexión directa con sus analistas en la grada.Tras el pinchazo con Noruega, buscarán sellar la clasificación paa la Euro 2020 ante Suecia.

Robert Moreno

Robert Moreno es un entrenador que basa su idea de fútbol en el puro análisis. Un auténtico estudioso del balompié, que ha plasmado en algunos libros de táctica sólo aptos para los más expertos en estas lides. Esta obsesión por los datos se traslada al terreno de juego en los propios partidos.

Se vio durante el encuentro ante Noruega y se verá ante Suecia, como ya fue antes.

En el banquillo de España había un elemento extraño: un ordenador portátil. Uno de los ayudantes de Moreno miraba al campo, tecleaba y miraba la pantalla sin cesar, conforme avanzaban los minutos de encuentro. El seleccionador le consultaba y volvía a sus quehaceres.

Ese ordenador tiene conexión directa con la grada de prensa, donde se encuentran habitualmente dos de los analistas de la Selección. Desde allí, Pablo Peña y Juanjo González dan una visión de lo que se ve desde arriba y que no se capta a pie de campo. Este tipo de análisis son fundamentales para prever, modificar o mantener posiciones en campo, aunque no siempre salen bien.

Para Moreno no es un comportamiento ajeno. Ya en los tiempos de Luis Enrique, de quien el actual seleccionador aprendió todo, se empleaban estos métodos que, por otro lado, no es más que la actualización de lo que se lleva haciendo años. Antes del ordenador era el pinganillo (algo que es habitual aún hoy), y antes los vídeos en los descansos, elementos habituales desde hace tiempo.

La FIFA y la UEFA no son contrarias a este tipo de apoyos, sino todo lo contrario. La conectividad entre la grada y el campo es algo que incluso quieren fomentar, tanto en cuanto las ayudas tecnológicas son inevitables en el fútbol moderno. El VAR es sólo un ejemplo de este tipo de actualizaciones, pero también se podría usar para cuestiones más urgentes como una lesión que pueda ver un médico, un altercado que se produzca en la grada o cualquier cuestión que se vea mejor desde arriba que a pie de campo.