“Esto ya no es un juego”. Así se publicitaba, hace justo 30 años, la primera adaptación en imagen real de un videojuego para la gran pantalla. Super Mario Bros. Fue un fracaso épico que ha dejado holgadamente atrás la reciente película animada de Illumination, cuyo religioso apego a la fuente de Nintendo acaso probaría que en la actualidad ya no existen estos complejos. “El eslogan apuntaba a un subtexto enraizado”, escribe Víctor Navarro Remesal en Cine ludens sobre la versión de 1993. “El juego pertenece al entretenimiento desechable mientras que el cine es cosa seria, superior en la escalera de la legitimidad cultural”, apunta.
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