Israel y el Líbano vivieron hoy un inusual repunte de la tensión con un intenso intercambio de fuego entre la milicia chií Hizbulá y el Ejército israelí, tras una semana de incidentes que han hecho temer un nuevo conflicto bélico en la región.

Después de varios días de amenazas y advertencias a ambos lados de la frontera, la jornada comenzó con una nueva acusación del Ejército libanés a Israel por "violar su espacio aéreo" con un dron y provocar un incendio en campos de madera.

Horas después, pasadas las 16.00 (13.00 GMT), entre "dos y tres" cohetes antitanque fueron disparados desde el Líbano e impactaron contra posiciones del Ejército israelí.

El brazo armado del grupo chií libanés Hizbulá, la Resistencia Armada, confirmó que sus brigadas, que llevan el nombre de dos combatientes del movimiento chií muertos en Siria recientemente, habían sido los autores de los ataques y aseguró haber matado a los ocupantes de un vehículo militar.

Los civiles israelíes de la zona afectada recibieron instrucciones de protegerse en los refugios, mientras el Ejército disparó cien proyectiles de mortero contra objetivos y puntos desde donde habían sido lanzados los cohetes.

El primer ministro libanés, Saad Hariri, pidió la intervención de Washington, París y la comunidad internacional, en una conversación telefónica con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y con Emmanuel Bonne, exembajador de Francia en el Líbano y asesor diplomático del presidente francés, Emmanuel Macron.

La FINUL -la fuerza de la ONU que supervisa la Línea Azul para mantener el cese de hostilidades entre ambos países- instó a la "mayor contención" y anunció que estaba en contacto con las partes.

Sobre las 18.20 (15.20 GMT), el portavoz del Ejército, Jonathan Conricus, desmintió que hubiera heridos israelíes e informó de que los cohetes habían causado daños en una ambulancia militar y en la sede militar junto a Avimin, una población agrícola israelí del norte.

"Con este ataque buscaban causar víctimas", aseguró Conricus sobre el lanzado por Hizbulá hoy.

El portavoz militar dio por terminado "el incidente táctico", aunque advirtió de que la situación estratégica se mantiene y continúan "preparados defensiva y ofensivamente" para todo tipo de escenarios.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, siguió el desarrollo de los acontecimientos, realizó consultas con la cúpula del Ejército y anunció que se decidirán los próximos pasos dependiendo de su evolución.

"En este momento tengo un anuncio importante: no tenemos víctimas, ni siquiera un rasguño", detalló Netanyahu ante la posibilidad de que hubiera heridos o muertos, que podría haber precipitado los acontecimientos.

A última hora de la tarde, el Ejército levantó todas las restricciones de seguridad en la zona norte.

Una sucesión de incidentes había ido calentando el ambiente hasta que este mismo sábado el líder de Hizbulá, Hasan Nasralá, volvió a advertir a Israel que pagaría "un precio" por lo ocurrido en el Líbano y Siria, donde dos miembros de su movimiento perecieron por un ataque israelí horas antes de que cayeran drones con explosivos en Beirut.

Fue hace exactamente una semana cuando dos aparatos aéreos no tripulados atribuidos a Israel cayeron en barrios del sur de la capital libanesa, considerados feudo de Hizbulá.

El Gobierno libanés lo consideró una declaración de "guerra" y advirtió de que respondería la próxima vez, hecho que se produjo el miércoles cuando disparó contra dos drones israelíes que habrían entrado en el espacio aéreo cerca de la Línea Azul, y que terminaron regresando.

El pulso entre el Líbano e Israel -que no mantienen relaciones diplomáticas y formalmente están en guerra- se desarrolla sobre el trasfondo de un aumento de la tensión regional con Irán, al que Israel considera una amenaza existencial y que apoya a Hizbulá, además de haber incrementado su presencia en la vecina Siria, junto al régimen de Damasco.

Israel intenta parar su influencia en la región y realiza ataques puntuales en Siria.

Recientemente, también se han registrado ofensivas con drones en Irak contra milicias chiíes, atribuidas al Ejército israelí, que ha declinado pronunciarse.

El Líbano acusa a Israel de traspasar ilegalmente sus fronteras por tierra, mar y aire casi a diario.

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, siguió con "preocupación" los incidentes y trasladó la "solidaridad completa" de la alianza panárabe con Beirut frente a cualquier "agresión".

En esta línea, alertó de que los enfrentamientos militares podrían hacer que la situación saliera "fuera de control".

Laura Fernández Palomo