Boris Johnson pierde su primera votación como primer ministro de Reino Unido. El Parlamento británico ha iniciado con éxito su maniobra para frenar una salida de la UE sin acuerdo el próximo 31 de octubre. En un debate de emergencia, parlamentarios laboristas y conservadores rebeldes han presentado este lunes un proyecto de ley para frenar un Brexit duro. La moción ha sido aprobada por 328 votos a favor y 301 en contra. Una mayoría de 27.

El proyecto será votado de manera definitiva este miércoles y Johnson ha advertido que si la ley sale adelante, buscará una convocatoria de elecciones anticipadas de inmediato.

"Si los parlamentarios votan esta ley mañana, la gente tendrá que elegir quién va a Bruselas el 17 de octubre", ha afirmado inmediatamente después de la votación. Johnson ha afirmado que si va el líder laborista, Jeremy Corbyn, hará lo que la UE quiera, pero que si va él, conseguirá un acuerdo.

La ley en cuestión establece que si la Cámara de los Comunes vuelve a rechazar un acuerdo después de la reunión del Consejo Europeo que tendrá lugar el 17 de octubre, el Parlamento tendrá que decidir si quiere una salida sin acuerdo el 31 de octubre. En caso negativo, la ley obliga al primer ministro a pedir a la UE una nueva prórroga hasta el 31 de enero de 2020.

La maniobra, orquestada por el Partido Laborista y diputados conservadores rebeldes, se puso en marcha como respuesta a la estrategia de Boris Johnson para garantizar un Brexit el 31 de octubre con o sin acuerdo. para ello, el primer ministro ha decretado la suspensión de la actividad parlamentaria desde la semana que viene hasta el 14 de octubre con la intención de dejar sin tiempo a los parlamentarios para que no pudiesen aprobar ningún tipo de legislación que frenase un Brexit sin acuerdo. Pero se le han adelantado.

Durante el debate celebrado este martes, Johnson ha perdido la mayoría parlamentaria al cambiar de bando uno de sus diputados en plena sesión. Philip Lee, diputado desde 2010, ha pasado del Partido Conservador a los Liberal Demócratas porque Johnson "está buscando un Brexit dañino".

El obstáculo principal para la aprobación del acuerdo negociado entre el gobierno de Theresa May y la UE es la cláusula del 'backstop'. Esta tiene por objetivo evitar la creación de una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte y para ello contempla que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera a menos que ambas partes negocien un acuerdo comercial alternativo. Los defensores del Brexit rechazan esta posibilidad porque limitaría la salida efectiva de Reino Unido de la Unión Europea.