(LONDRES TV) ? Lo invisible ha sido revelado. Todas las estrellas de la Vía Láctea, incluido nuestro sol, rotan en torno al centro de la galaxia. Allí, justo en el centro de una región atestada de gas, polvo y estrellas, se esconde un gigante invisible. Un agujero negro supermasivo, lo más parecido al Ojo de Sauron, aunque más bien parece salido de una pesadilla, es oscuro y tan pesada como 7.000 millones de soles, y situada en el corazón de la galaxia Messier 87, situado a 55 millones de años luz de la Tierra.

 

Hoy ha sido un día muy importante para la astronomía, y la expectación era mucha. Los agujeros negros son objetos cuya existencia no se pone en duda. Sin embargo, nunca se había podido ver uno hasta ahora. Los resultados de esta observación son una potente confirmación de la relatividad general de Einstein y un logro humano sin precedentes, en el que 200 científicos de varios países han trabajado codo con codo para desentrañar los misterios del Universo.

 

En la imagen presentada este miércoles estamos viendo un objeto que en el cielo sería tan grande como una naranja puesta sobre la superficie de la Luna. Agujeros negros como el de M87 son pozos gravitatorios situados en el corazón de las galaxias. Estos pozos atraen esta materia hasta su centro, y la aceleran a altísimas velocidades. Generan discos de acreción, en los que la materia emite radiación y se magnetiza. En ocasiones, liberan increíbles chorros o jets de energía y partículas, en perpendicular a estos discos.

 

Vemos un lado más brillante porque en ese punto la materia se mueve hacia el observador e incrementa su brillo gracias al efecto doppler (el que hace que la sirena de una ambulancia suene más aguda cuando se acerca hacia nosotros). En el otro punto, se ve más oscura precisamente por lo contrario. La distorsión de tal acumulación de la gravedad en el espacio-tiempo le juega una mala pasada a nuestro sentido común. En la imagen no solo vemos la parte del disco de acreción que se orienta hacia nosotros. También vemos la parte posterior.

 

En el centro del agujero negro, la curvatura del espacio-tiempo se vuelve infinita y se produce una singularidad, allí donde las leyes de la física que conocemos dejan de ser válidas. Esto ha llevado a la hipótesis de que el big bang que originó nuestro universo pudo ocurrir en el interior de un agujero negro. ¿QUÉ? ¿El universo viene de un agujero negro?

 

Más adelante, “queremos ir al espacio”, ha declarado Doeleman, que previsiblemente ganará el premio Nobel de Física en algún momento de la próxima década por el descubrimiento presentado hoy. Un telescopio espacial permitirá observar agujeros negros sin perder la información que queda filtrada por la atmósfera de la Tierra.

 

Ahora los científicos tienen el trabajo de observar en gran detalle la imagen y tratar de contrastarla con la relatividad de Einstein. Además, podrán estudiar cosas fundamentales sobre el comportamiento de los agujeros negros.

 

Gracias a las estrellas, en el vacío del cosmos hay luz. Pero son esas mismas estrellas las que, al final de sus vidas, pueden convertirse en los objetos más oscuros del universo, que arrastran a sus entrañas a todo aquello que ose acercarse demasiado a sus dominios. Nada puede escapar de ellos, ni siquiera la luz. Son los agujeros negros, monstruos tan extremos que en su interior las leyes de la física como las conocemos dejan de tener sentido.

 

Imagina ¿Qué te pasaría si te metieras en un agujero negro? No debe ser nada fácil, entrar allí me recuerda como cuando nos vamos de viaje y ya no nos cabe nada más en la maleta y queremos seguir metiendo cosas, quedaríamos asfixiados. Y si logramos entrar, ya no tendríamos de seguro la forma de un ser humano, ni siquiera de uno espaguetizado, AHHHH.

 

Entonces, ¿Qué hay adentro de un agujero negro? Simple: Todo lo que ha entrado en él, el problema es que no sabemos en qué estado está todo eso, y nunca lo sabremos hasta que alguien se meta dentro de uno de ellos, pero ya saben, ese viaje es peligroso: terminas o vuelto espagueti o frito o estrellado contra el núcleo o, quizás, todo lo anterior.