La votación, llevada a cabo a propuesta del directorio ejecutivo del FMI, se produjo entre el 21 de agosto y el 4 de septiembre. Para que saliera adelante solo hacía falta lograr una mayoría simple y que participaran gobernadores que representaran a un número de países que ostentara, en conjunto, dos tercios del total de derechos de voto.

El FMI ha explicado que el cambio equipara la normativa sobre el puesto de directora gerente a la vigente para los puestos en el directorio ejecutivo, así como con las normas para presidir el Banco Mundial. En ambos casos, no existe límite de edad.

Actualmente, el organismo está inmerso en el proceso para elegir al sucesor de Christine Lagarde, que abandonará la dirección gerente del FMI el 12 de septiembre ante su casi seguro nombramiento como presidenta del Banco Central Europeo (BCE). El periodo de nominación finaliza este viernes y, de momento, la única candidata al puesto es Kristalina Georgieva.

La economista búlgara, actual consejera delegada del Banco Mundial, se acabó imponiendo en agosto al exministro holandés de Finanzas y expresidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem como candidata europea de consenso.

El FMI espera completar el proceso para nominar a la próxima directora gerente el 4 de octubre.