Kike Sarasola.

El empresario hotelero Kike Sarasola acaba de traerse a España la matriz holandesa de Be Mate Community, la empresa que centraliza su deficitario negocio de alquiler de apartamentos. Lo ha hecho poco después de que su cadena Room Mate haya pedido un rescate de 52 millones de euros al fondo que gestiona la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

La firma holandesa B Mate Community BV acaba de trasladar a Madrid su domicilio social, que hasta ahora estaba en Ámsterdam, y ha cambiado su denominación social por la de Be Mate Global SL. El traslado se inscribió en el Registro Mercantil el 4 de abril, un mes después de que, ante el desplome de la ocupación hotelera por la pandemia, la cadena de Sarasola solicitase formalmente esa ayuda pública al Fondo de Apoyo a la Solvencia para Empresas Estratégicas que gestiona la SEPI.

Esa firma radicada hasta ahora en Ámsterdam ha sido la principal fuente de financiación de Be Mate. El año pasado, esta firma volvió a pedir liquidez a su matriz en Holanda, que le inyectó otros 3 millones para "sanear” la precaria situación financiera que ya arrastraba antes de la pandemia. Esa aportación llegó tras renegociar los 3,4 millones en prestamos de dinero público que había concedido a la empresa el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015, poco después de crearse.

Ahora, unos días después de pedir Room Mate más de 50 millones al Estado, esa firma de Holanda ha sido movida a España. Mientras, en Luxemburgo, la hotelera ha creado dos sociedades, Room Mate Luxco 1 Sarl y Room Mate Luxco 2, Sarl. Se constituyeron los pasados 24 y 25 de marzo y las dos están administradas por Sarasola.

En ambas se han realizado aportaciones en especie de acciones de otras tres empresas del grupo: una radicada en Holanda (Room Mate Amsterdam BV) y dos de Italia, Room Mate Rome 5, SRL, y Room Mate Milan, SRL. elDiario.es preguntó el lunes a Room Mate a qué responden estas operaciones. La empresa rechazó hacer comentarios.

La firma holandesa vinculada al negocio de apartamentos de Sarasola ha pasado a compartir su sede en Madrid (calle de la Palma, 10) con la del cuartel general de Room Mate y de su filial Be Mate Community. Esta última es la dueña de la marca Be Mate, que desarrolla la actividad de alquiler turístico y para empresas de Room Mate.

Se trata de una línea de negocio relativamente reciente que siempre ha sido deficitaria, como la propia Room Mate, que acumulaba números rojos desde mucho antes del coronavirus y arrastra deudas con varias entidades financieras y con su segunda accionista, Sandra Ortega (30%). La hija de Amancio Ortega ha puesto en venta esa participación, según avanzó en febrero Cinco Días.

Con 26 hoteles en 7 países que ha empezado a reabrir en los últimos meses, la cadena cerró el ejercicio previo a la pandemia (2019) con un pasivo de 100 millones de euros y nuevas pérdidas por importe de 7,5 millones, pese a ser el mejor año de la historia del turismo en España.

Su cabeza visible, un empresario acostumbrado a rodearse de políticos como lo fue su padre, Enrique Sarasola, saltó a los focos hace casi un año, en pleno confinamiento, al trascender que había cedido dos pisos de lujo en el centro de Madrid a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, entonces en cuarentena, a cambio de un alquiler de 80 euros al día.

Con el cierre de las fronteras y el desplome del turismo por la crisis de la COVID-19, Sarasola, que también cedió a Albert Rivera un lujoso piso en Madrid durante casi dos años cuando este lideraba Ciudadanos, fue el primer empresario en ofrecer sus hoteles para albergar al personal sanitario y a las personas mayores que no podían ser atendidas por los hospitales de la Comunidad de Madrid. Una operación que Room Mate podría desgravarse en el futuro si alguna vez consigue beneficios.

En sus últimas cuentas publicadas (2019), la pata de apartamentos, Be Mate, recogía otros 2 millones de pérdidas y un patrimonio neto negativo de 9,7 millones (-7,6 millones un año antes). Su auditora Deloitte destacaba que "ha incurrido en pérdidas desde su constitución y el plan de negocio de los administradores considera aún necesaria la consolidación del negocio para la consecución de beneficios. Por este motivo, la Sociedad precisa apoyo financiero para la financiación del fondo de maniobra negativo que presenta". Entonces este era de 3,7 millones.

En esas cuentas, en la que calificaba como su "accionista último" a la hotelera Room Mate, Be Mate explicaba que en septiembre de 2020 esa firma holandesa ahora trasladada a España le había inyectado los citados 3 millones "con el fin de sanear el patrimonio de la misma". Sumando esos tres millones, los préstamos recibidos de esa firma holandesa (ahora española) a Be Mate Community se elevarían a cerca de 11 millones desde su creación en 2014.

El uso de sociedades instrumentales en Holanda está en el epicentro de la denuncia que presentó la Fiscalía de Madrid hace unos dos años contra Sarasola y varios miembros de su familia. El Ministerio Público les imputaba un supuesto fraude de 4,2 millones a la Hacienda española.