Era "un frente común en defensa de los derechos de los apostantes", una vía para "poner en conocimiento de los tribunales las prácticas fraudulentas". Era primavera de 2016 y acababa de nacer mueBETe, un proyecto para aunar jugadores que querían demandar a bet365 por bloquear sus cuentas. Pero en todo este tiempo ha pasado de todo: la denuncia no prosperó por errores del abogado, los clientes le acusan de ocultar información y, claro, piden la devolución de su dinero, que llega con cuentagotas. Hay más de 200 afectados.

La plataforma comenzó como un punto de encuentro de clientes de bet365 a los que se les bloqueaba la cuenta tras haber conseguido beneficios importantes.

Así, les impedían seguir jugando y, de paso, extraer los beneficios acumulados. Son los denominados ‘típsters’, que estudian modelos estadísticos de distintos deportes para apostar con mayor probabilidad de acierto.

Después, contrataron los servicios de un abogado, Ricardo Fábrega, para presentar la demanda judicial. Cada jugador que quisiera formar parte de la causa tenía que aportar 60 euros. La coyuntura animaba sumarse a la iniciativa: las sentencias condenatorias contra esta casa de apuestas por "cláusulas abusivas" se han sucedido en los últimos años. Pero el tiempo pasaba y apenas había novedades sobre el proceso judicial. Cada vez que los integrantes de mueBETe leían la noticia de una sentencia condenatoria a bet365 por casos similares pero denunciados por particulares, se extrañaban de que siguieran sin noticias de su caso.

Fábrega informaba de las novedades a través de un canal privado de Telegram donde, entre otras cosas, les contó que la demanda había sido admitida a trámite, que estaban a la espera de juicio y, de paso, criticaba el "lento funcionamiento de la Justicia". Así durante tres años, aunque el enfado se iba generalizando y uno de los afectados decidió llamar al juzgado. El resultado fue la confirmación de sus peores presagios. Lo que fallaba no era el funcionamiento de la Administración, sino que la demanda había estado paralizada por errores de forma y el abogado no les había dicho nada, pese a que aquello había ocurrido meses antes.

Los errores en la demanda

El problema fue que una cuarta parte de los clientes no firmaron el apud acta, que es el documento por el que se otorgan poderes de representación al procurador. Sin él, el procedimiento no podía seguir. Las demandas de este tipo -con centenares de clientes- se suelen hacer a través de poderes notariales, más ágiles pero con un coste que ronda los 50 euros por persona. El abogado optó por el otro método, que es gratuito pero tedioso, pues deben acudir todos los demandantes al juzgado en las fechas establecidas. Es decir, en unas pocas semanas había que coordinar a dos centenares de personas repartidas por toda España que, en algunos casos, eran difíciles de localizar porque el único contacto que dejaron fue un correo electrónico.

No consiguieron cumplir el procedimiento en el tiempo establecido, pero el tribunal les dio una prórroga. Tampoco lograron completar todas las firmas. Aún era octubre de 2016.

El abogado dijo a los clientes que el proceso seguía adelante, adelantándoles que la vista sería en marzo o abril, según sus cálculos. Pasaron esos meses y no había convocatoria, pero Fábrega defendía que estaba "tranquilo porque el trabajo jurídico está bien planteado". Es más, aseguraba que "otros tres bufetes a nivel nacional han querido que les dé consejos sobre la forma de plantear la complicada demanda, y lo importante es cómo salga el juicio". Poco después, informó de que había solicitado el "impulso procesal del procedimiento". Todo ello está recogido en el historial del canal mencionado de Telegram, al que ha tenido acceso este periódico.

Entre medias de todo esto, en octubre de 2017, Fábrega presentó una segunda demanda con nuevos interesados. De hecho, buscaba juntar ambas en un mismo caso, garantizando que no ralentizaría el proceso y optó, de nuevo, por los apud actapara la representación de sus clientes.

Pasó un año sin apenas novedades hasta que comunicó que bet365 "no tratará de llegar a acuerdo en la audiencia previa y tendremos que seguir hasta sentencia". Unos meses después, ya a principios de 2019, el procedimiento caducó por haber estado inactivo durante dos años, tal y como establece la Ley de Enjuiciamiento Civil. Para que hubiera seguido adelante, tenían que haber firmado todos o, en su defecto, que desistieran quienes no habían firmado. El abogado recurrió, pero fue desestimado. Lo mismo ocurrió, algunos meses después, con la segunda demanda.

Los demandantes no supieron nada hasta julio, cuando llamaron por su propia cuenta al juzgado. Ahí descubrieron el problema de las apud acta y la opacidad del abogado durante el proceso, que se negó incluso a darles una copia de la demanda. Según dijo, por si se había infiltrado "alguien de bet365" como cliente.

"Hablé con él y le dije que se lo dijera a todos porque si no, lo iba a hacer yo", explica a eldiario.es el jugador que descubrió el desaguisado. "Aparte de sentirnos engañados, pesa el tiempo perdido. Ahora vemos otras sentencias y nosotros tenemos que empezar de nuevo. Hemos perdido tres años", lamenta este jugador, que prefiere que no se publique su nombre. Al igual que muchos integrantes de mueBETe, él va a demandar ahora a bet365 de forma individual, aunque otros afectados lo volverán a intentar en grupo (de forma más reducida, eso sí).

El caso ha llegado incluso al Colegio de Abogados de Toledo, al que pertenece este letrado. Uno de los clientes de la segunda demanda les ha escrito para alertar de lo que considera una "mala práctica profesional" y pedir su mediación para lograr una "solución definitiva". Esta persona, que también pide mantenerse en el anonimato, alega tres motivos en su escrito: que se optara por los Apud Acta cuando ya habían dado problemas, "la falta de información debida a sus representados" y la demora en la devolución del dinero.

El dinero que no llega

"Este mensaje no es para dar buenas noticias, sino todo lo contrario”, comenzaba el texto con el que Fábrega comunicaba a los clientes que el caso había sido sobreseído. "El Juzgado debió seguir el procedimiento con los [apud acta] que había hechos y recibidos pero no lo hizo, no llegó a dar el traslado a Bet365 y han archivado. Deberían haber continuado el procedimiento con la gente que seguía, pero no lo han hecho así", explicaba. En concreto, aludía a que la ley recoge como excepción que la causa de la caducidad del procedimiento no sea "imputable a la voluntad de las partes", algo que el tribunal no consideró que ocurriera en este caso. "El enfado y disgusto que tengo es tremendo, pero como abogado del tema debo asumir mi responsabilidad en lo ocurrido", continuaba Fábrega.

En la misma comunicación, por cierto, añadía una frase que ha levantado las sospechas de algunos afectados sobre la relación del letrado con la casa de apuestas: "He de informar que he tenido varias conversaciones con el bufete jurídico de Bet365. La última vez ha sido una llamada que he recibido de ellos el viernes 5 de julio, por la que me indican que están estudiando nuestra reclamación y que responderán en estos próximos días". Aunque el abogado se ponía también a "disposición para explicar lo ocurrido", en el mensaje no hacía referencia alguna a la opacidad que había matenido con sus clientes.

Eso sí, el abogado les animó a iniciar una nueva demanda, dando también la opción de devolverles su dinero, que ha sido la escogida por muchos. Este ha sido el penúltimo problema que han tenido, puesto que los importes llegan poco a poco e impacientan a quienes siguen en lista de espera. "Le he enviado cuatro e-mails y no he tenido respuesta", apunta un afectado. "Él dijo que devolvía el dinero al que no quisiera seguir hacia delante. Le mandé un correo electrónico esa misma semana, me pidió el número de cuenta. Llevo así desde julio y ni un euro", lamenta otro, que recibió el dinero poco después de hablar con este periódico.

Los afectados no se explican muchas cosas. Por ejemplo, no entienden por qué el letrado siguió durante años con una causa que no podía prosperar, ni la opacidad al respecto, ya que podían haber empezado de cero apenas unas semanas después de los primeros problemas con los apud acta. Eldiario.es ha intentado contactar en varias ocasiones con Fábrega, sin haber obtenido respuesta al cierre de esta edición.