Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) celebran este jueves una cumbre destinada a acordar sus perspectivas financieras para los próximos siete años, una negociación que podría prolongarse hasta el fin de semana para intentar cerrar la brecha entre los países que piden más y menos fondos.

La reunión parte sin garantías de lograr un acuerdo y sobre la base de una propuesta que recorta los fondos agrícolas y de cohesión, las partidas fundamentales para España.

El marco financiero plurianual (MFP) fija el límite de gasto que podrá efectuar el bloque comunitario entre 2021 y 2027 para financiar todas sus políticas y programas, así como las fuentes de ingresos del presupuesto, que se nutre sobre todo de las contribuciones que hacen los Estados miembros en función de su riqueza.

El acuerdo que deben fraguar los líderes determinará el futuro de las ayudas comunitarias a agricultura y pesca, el apoyo a las regiones más pobres, las inversiones europeas en investigación, pymes o infraestructuras, las misiones de control de fronteras o el programa Erasmus, entre otros.

El presupuesto 2021-2027 estará marcado por el Brexit, que deja un agujero de unos 75.000 millones de euros para los siete años, y por la necesidad de financiar nuevas prioridades como la lucha contra el cambio climático, la digitalización o la gestión de la seguridad y la inmigración.

El resultado de las negociaciones definirá la ambición futura de una UE menguada en un entorno global crecientemente hostil, insisten la Comisión y el Parlamento europeos.

Y, sin embargo, las cuentas que saldrán de la negociación serán, salvo sorpresa, inferiores a las de 2014-2020.

La propuesta presentada tras una maratón de reuniones con los primeros ministros de los Veintisiete por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, fija el gasto en 1,09 billones de euros, el equivalente al 1,074 % de la renta nacional bruta (RNB) conjunta.

Para costearlo cada país tendría que pagar de media 78 céntimos por ciudadano y día, según la Comisión.

El volumen de la propuesta para 2021-2027 es inferior al 1,16 % que representó el marco anterior (2014-2020) para los Veintiesiete, así como al 1,11 % que pide el Ejecutivo comunitario para el presupuesto actual y al 1,3 % que reclama la Eurocámara, que considera inaceptable la propuesta de Michel.

"Los Estados atraviesan estrecheces en sus presupuestos, así que se necesita realismo, y esto empieza con un volumen razonable", dijo este miércoles un alto cargo europeo para defender el plan del presidente del Consejo.

PAÍSES "FRUGALES" FRENTE A "AMIGOS DE LA COHESIÓN"

La propuesta, de momento, no convence a nadie.

De un lado están los países bautizados como "frugales" -Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca y Alemania-, que quieren rebajar el montante al 1 % de la renta nacional conjunta y mantener los descuentos de los que se benefician por aportar muchos más fondos de los que reciben.

Del otro se sitúan los "Amigos de la cohesión", dieciséis países sobre todo del sur y del este, incluida España, que defienden acercarlo más al 1,11 % que pedía la Comisión y mantener el nivel de las ayudas a agricultura y cohesión, que benefician a las regiones más pobres.

La propuesta de Michel prevé un recorte del 14 % en los fondos de la Política Agraria Común (PAC) y del 12,1 % en los fondos de cohesión con respecto al presupuesto actual, aunque estas partidas "tradicionales" seguirían copando el 60 % del presupuesto.

Entre los aumentos, la dotación en seguridad y defensa se multiplica por seis, se doblan los fondos para gestión de fronteras e inmigración, el programa de inversiones comunitario IvestEU sube un 184 % y el Erasmus+ un 55 %.

Michel propone además que se eliminen progresivamente los descuentos a los contribuyentes netos ahora que no está Reino Unido, artífice del sistema.

Para España "el núcleo duro de la negociación se juega en PAC y cohesión", según fuentes diplomáticas. La prioridad española en la negociación será la agricultura, con el objetivo particular de evitar el recorte del 10 % previsto para las ayudas directas.

España, que podría pasar por primera vez a ser contribuyente neto al presupuesto, quiere además eliminar completamente los descuentos.

"Podría haber acuerdo si algunos cambian sus posiciones radicales, pero igual hay que darles un poco más de tiempo", apuntan las citadas fuentes.

Al margen de la dotación, la propuesta de Michel prevé vincular la recepción de fondos al respeto del Estado de Derecho, aunque endurece la mayoría necesaria para tomar medidas si un país incumple con respecto a la iniciativa de la Comisión, lo que no ha gustado en algunas capitales.

Tanto la Comisión como el Parlamento insisten en la necesidad de un acuerdo cuanto antes para evitar llegar a 2021 sin presupuesto, un "escenario de pesadilla", en palabras de un alto funcionaría, porque se bloquearía el pago de muchos programas.

Una vez haya un pacto, este tendrá que negociarse con la Eurocámara, que tiene derecho de veto.