Las autoridades sanitarias de Corea del Sur creen que el área metropolitana de Seúl ya se encuentra en la segunda ola de infecciones de coronavirus y han advertido de que el país debe prepararse para una lucha prolongada contra la COVID-19, pues se espera que la pandemia continúe a lo largo del verano, según recogen los medios locales. 

"Si una ola se define como una explosión de infecciones que tensa significativamente el sistema de atención médica, creo que hay una segunda ola en marcha en el área del Gran Seúl", ha dicho este lunes Jeong Eun-kyeong, directora del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Infecciosas de Corea (KCDC).

 

La responsable de la agencia sanitaria ha dicho que la capital y sus áreas circundantes, una zona densamente poblada donde vive la mitad del país, está enfrentándose a una segunda ola después de la primera ola de infecciones del virus entre febrero y marzo. A finales de febrero, el país asiático alcanzó más de 900 casos nuevos al día, pero la curva de infecciones se aplanó con un sistema efectivo de pruebas, rastreo, así como medidas de distanciamiento, que fue elogiado en todo el mundo.

Sin embargo, Corea del Sur vio un aumento continuo en los contagios nuevos a principios de mayo, tras detectar un gran grupo de casos ligados a una zona de ocio nocturna en el barrio Itaewon, así como a un centro logístico de una importante empresa de comercio electrónico al oeste de Seúl.

Según Jeong, la segunda ola de COVID-19 se inició, al parecer, por las infecciones grupales esporádicas en el área metropolitana de Seúl a principios de mayo, informa la agencia nacional de noticias, Yonhap. Asimismo, ha dicho que habían predicho, en un principio, que la segunda ola surgiría en el otoño o invierno y que tal pronóstico ha resultado ser incorrecto, recoge este medio local.

Hasta ahora, la agencia sanitaria había dicho que la primera ola de Corea del Sur nunca había terminado realmente, informa Reuters. Sin embargo, Jeong considera que ahora está claro que un fin de semana festivo a principios de mayo marcó el comienzo de una nueva ola de infecciones centradas en el área metropolitana de Seúl, que anteriormente solo había visto pocos casos.

El pasado viernes, Mike Ryan, el director de Emergencias Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó que no hay una "definición específica" de lo que es una ola, pero dejó claro que la aparición de nuevos focos de contagio de COVID-19 no significa necesariamente que se esté entrando ya en una segunda ola, ya que no tienen por qué llevar asociada una transmisión comunitaria general, la fase más grave. "Se debe mostrar habilidad y rapidez para usar los datos de estos focos de contagio, tomar medidas de diagnóstico y seguimiento de casos, junto a otras de distanciamiento físico", indicó Ryan. Igualmente, sostuvo que algunos países que no han conseguido controlar la enfermedad pero sí han salido del pico de la primera ola pueden enfrentarse a un "segundo pico" mientras luchan por reducir la incidencia de la enfermedad. 

"No debemos sorprendernos ante un posible resurgimiento en el número de casos, pues la gente sigue en riesgo de contraer el virus, y si éste tiene oportunidad de volver lo hará", añadió por su parte la jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes, María Van Kerkhove.

En Corea del Sur, los datos actuales de casos nuevos son relativamente bajos si se comparan con el nivel de contagios registrado hace unos meses en el país asiático. Este lunes, ha contabilizado 17 nuevos casos de COVID-19, la menor cifra en casi un mes. Los 17 casos -seis fueron importados y 11 de transmisión local- suponen la menor cifra en el país asiático desde el pasado 26 de mayo y elevan su total de contagios detectados a 12.438, según el KCDC.

La cifra también supone una importante caída con respecto a los 48 y 67 casos reportados sábado y domingo, respectivamente, y, en ese sentido, el KCDC ha recordado que el dato puede responder a que el número de pruebas PCR suele reducirse los fines de semana (el domingo se realizaron algo más de 5.000 frente a las más de 12.000 del viernes).

De los 11 casos de transmisión local, siete se han detectado en Seúl y sus alrededores, donde viven unos 26 millones de personas, y donde en el últimos mes se han concentrado más del 90% de las nuevas infecciones debido a brotes esporádicos.

Tras estabilizarse el número de contagios e iniciarse una fase de distanciamiento social más laxa el pasado 6 de mayo, la región capitalina tuvo que dar marcha atrás hace casi un mes debido a la constante aparición de brotes ligados a iglesias, bares, saunas, centros de distribución, karaokes o empresas de venta puerta a puerta.

Todos estos negocios han sido ahora calificados como "de alto riesgo" y deben implementar medidas de prevención más estrictas como, por ejemplo, el uso obligatorio de códigos QR para clientes. Las autoridades han suplicado en todo este tiempo a los ciudadanos que no se relajaran con el distanciamiento.

El alcalde de Seúl ha asegurado que la capital surcoreana podría tener que regresar al distanciamiento social estricto si los casos de COVID-19 en la ciudad, durante los tres próximos días, superan los 30 por término medio y la tasa de ocupación de camas de los hospitales de Seúl excede el 70%, informa Yonhap.

En Corea del Sur, uno de los países que mejor ha controlado el coronavirus y que, además, no ha recurrido a confinamientos ni ha cerrado fronteras, solo hay en la actualidad 1.277 casos activos (el 10,2% del total), ya que el 87,5% de infectados (10.881 personas) se ha curado ya. El país suma 280 fallecidos.