(Londres TV)  El cura Milenial, como conocen a un joven sacerdote capuchino venezolano, ya es la sensación de miles que lo siguen en la red social Instagram.

Este sacerdote, llamado Luis Antonio Salazar, se ha convertido en uno de los más acérrimos críticos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

En videos que ya circulan por las redes sociales y que son de uso público, el cura hace a su manera el sermón y lo ubica en la realidad venezolana, como por ejemplo cuando dice "Los discípulos al ver que Jesucristo subía al cielo, se quedaron así, tristes, tristones, así como bobos mirando para el cielo. Tanto que tuvo que bajar un ángel y decir: mijito, actívate".

Su  originalidad lo lleva a incluir en sus sermones a grandes superhéroes y hasta dibujos animados, como Kun Fu Panda. Ya no es con el incensario, el cáliz y la hostia, ahora este religioso venezolano echa mano del Iphone, su apasionante irreverencia y hasta su atractivo rostro de treintañero que, aseguran, antes de montarse en el hábito, lució en un concurso de belleza de Venezuela. Hasta para hablar a los fieles en la Iglesia de La Chiquinquirá en Caracas.

Salazar ha manifestado abiertamente su apoyo al lider opositor Juan Guaidó, hecho que le quintuplicó su cifra de seguidores. También fue partícipe activo en las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, en videos que le muestran bendiciendo a los manifestantes y también corriendo para protegerse de los gases lacrimógenos.

"Yo no me puedo eximir de hablar de política. Si no hablo, me ahogo", ha dicho en su último video. "En el fondo, en Venezuela, todos hablamos de política, desde el campesino que cosecha papas hasta Guaidó, el presidente encargado. Todos hablamos de política. Es decir, yo no me puedo eximir de hablar de política porque soy venezolano y hay una realidad y tengo que hablar de ella. Si no hablo de ella me ahogo, me atasco ahí. Y si el pueblo está en la calle, hay que estar con él”, así declaro habla Salazar al respecto.

Este monje capuchino está rompiendo todos los esquemas de la conservadora Iglesia católica venezolana. Parece en plena campaña hasta cuando reparte comida a los pobres en la llamada 'olla milagrosa' de La Chiquinquirá, siempre con una sonrisa en el rostro, o da el sermón equipado con auriculares y micrófono.