(Londres TV)   Este miércoles 10 de julio de 2019, la esposa del capitán de fragata, Rafael Acosta Arévalo, denunció ante la opinión internacional y venezolana que el régimen de Nicolás Maduro, le ha impedido ver el cadáver de sus esposo, fallecido hace 12 días en la sede de la Dirección de Contra Inteligencia Militar (DGCIN) en Caracas.

El militar, que presentó signos evidentes de tortura, según el informe forense filtrado a los medios y a la opinión pública, fue enterrado en el Cementerio del Este en la capital venezolana, bajo estricta vigilancia oficial. El cuerpo del malogrado militar opositor fue liberado tras una orden emanada del Tribunal 36 de Control del área metropolitana de Caracas.

Waleska Pérez de Acosta, quien ha sido la más mediática en relación a la muerte de su esposo, denunció el procedimiento ilegal que lleva a cabo la Morgue de Bello Monte de la capital venezolana, la cual “hizo una entrega controlada del cadáver de mi esposo, así como lo hicieron con el cuerpo de Oscar Pérez” (opositor asesinado el 15 de enero de 2018). La denuncia la hizo a través de la red social Twitter.

Según medios digitales venezolanos, el régimen de Nicolás Maduro decidió enterrar el cadáver de Acosta Arévalo 12 días después de fallecido por brutales torturas. A pesar de la obstrucción dada por el régimen a la esposa, la que sí pudo reconocer el cadáver del infortunado militar fue una hermana de nombre María Acosta Arévalo, señala una fuente oficial.

El entierro del cuerpo del militar fue realizado bajo estricta custodia policial por órdenes directas de Nicolás Maduro. A la prensa se le impidió el acceso al acto.

En la parcela n° 12 del cementerio del Este fue inhumado Acosta Arévalo y sólo se colocó una pequeña placa con su nombre. La elección del camposanto fue ordenada por el régimen, sin previa consulta a los familiares, que había manifestado su deseo de enterrarlo en Maracay, estado Aragua (centro occidente del país a dos horas de Caracas)

El miércoles pasado se conoció a través de un documento de la autopsia practicada al cuerpo de Acosta, según el cual el militar sufrió un edema cerebral a causa de un politraumatismo generalizado.

Un día antes de su muerte, hace 13 días, Acosta Arévalo de 50 años fue presentado en tribunales en silla de ruedas y con evidentes signos de tortura. Su esposa relató que Acosta no hablaba “solo pedía auxilio a su abogado”. El militar fue acusado  por el régimen madurista de participar en un complot contra Maduro.

(Miércoles 10 de julio de 2019)