Restan tan solo unas horas para que el Reino Unido pase a ser un ex miembro de la Unión Europea. Tras un referéndum ganado por los pelos y unas negociaciones que se han llevado por delante a Theresa May y su gobierno, finalmente la UE y el Reino Unido alcanzaron el pasado 17 de octubre el acuerdo que evitaba una salida caótica de los británicos.

Un acuerdo, ratificado en unas elecciones generales dos meses después, y posteriormente por el Parlamento británico, con el que se pone fin a tres años y medio de un arduo proceso de salida de Reino Unido de la Unión que, sin embargo, no será plenamente implementado a efectos prácticos hasta el próximo 31 de diciembre, fecha en la que está previsto que finalice el período de transición que comenzará este sábado a las 00:00 horas.

Este último trámite para la salida del Reino Unido de la UE, la aprobación definitiva a través de votación en la Eurocámara, ha dejado una de las imágenes más emocionantes de los últimos meses en el Parlamento Europeo, cuyos miembros han escenificado este momento histórico entonando al unísono el himno Auld Lang , también conocido como la 'canción de la despedida', mientras entrelazaban sus manos. Algunos de los europarlamentarios han reflejado la emoción del momento con lágrimas en los ojos y mostrando banderas con símbolos comunitarios y mensajes de confraternización como "United in diversity" (unidos en la diversidad).

Dentro de los actos programados en el marco de la aprobación del acuerdo de salida de Reino Unido en Londres, destaca la cuenta atrás para el Brexit que marcará un reloj que se será proyectado el próximo viernes 31 de enero en la fachada de Downing Street.

En Bruselas, operarios de mantenimiento bajarán discretamente las banderas de Reino Unido de las instituciones comunitarias a una hora no determinada para evitar que el acto se convierta en la celebración del fracaso.

El período de transición que se iniciará a partir del próximo sábado dará lugar a en torno a otros 8-9 meses de negociación para llegar un acuerdo que, posteriormente, tendrá que ser traducido y pasar todos los trámites parlamentarios.

Se trata de un acuerdo comercial, fundamentalmente, que reconozca los derechos de los ciudadanos británicos en la UE y viceversa, y que establezca la frontera blanda en Irlanda del Norte y la fluida circulación de mercancías, personas, aviones, etc.