Zelenski vuelve a EEUU para presionar a los republicanos: qué está pasando con el bloqueo de la ayuda a Ucrania

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visita este martes Washington por tercera vez desde el inicio de la invasión rusa, en una semana crucial para que el Congreso supere su bloqueo y apruebe asistencia militar adicional a Kiev. La Casa Blanca ha invitado al mandatario para una reunión con Joe Biden, quien quiere "subrayar su inquebrantable compromiso" con su aliado en guerra. La secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre, ha señalado que la aprobación de más ayuda a Ucrania es de "vital importancia" en este momento, en el que "Rusia intensifica sus ataques con misiles y drones".

Zelenski también tiene previsto reunirse con un grupo de congresistas, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, elegido a finales de octubre tras semanas de parálisis legislativa. A escasos días del receso de fin de año, que empieza el 15 de diciembre, las urgencias vuelven a instalarse en el Congreso estadounidense, que está más lejos que nunca de un acuerdo sobre este asunto.

La semana pasada, los republicanos bloquearon en el Senado una nueva propuesta demócrata, de 110.500 millones de dólares, que incluía 50.000 millones de asistencia a Ucrania y 14.000 millones para Israel, así como partidas para Taiwán y el refuerzo de la frontera sur con México. Tras un año y medio de guerra, y con la situación estancada en el campo de batalla, los republicanos piden a Biden un plan claro hacia la victoria para recibir el dinero de los contribuyentes. 

Además, condicionan su voto a que la Administración endurezca su política fronteriza y de asilo, una de las patatas calientes de Biden, puesto que en sus casi tres años de mandato se han registrado números récord de llegadas de migrantes en situación irregular. Y el último escollo es que, a diferencia de los demócratas, los republicanos quieren desvincular la ayuda a Ucrania de la de Israel, que Biden solicitó aprobar de manera conjunta.

Zelenski visitó la Casa Blanca y el Congreso, por primera vez desde que comenzó la guerra, a finales de diciembre del año pasado. Un movimiento que repitió en septiembre de este año, tras la Asamblea General de la ONU, cuando la ayuda a Ucrania comenzaba a ponerse manifiestamente en duda en el Capitolio. Sin embargo, el entonces presidente de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, se negó a que se dirigiese al Congreso, como sí hizo la primera vez. 

En esta ocasión, Zelenski tampoco ha sido invitado, de momento, a hablar en sesión conjunta en la Cámara Baja. Sin embargo, sí tiene previsto reunirse a puerta cerrada con algunos congresistas en el Senado, en un encuentro organizado por el líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, y el líder republicano, Mitch McConnell.

Días después de su última visita en septiembre, la mayoría republicana de la Cámara Baja votó en contra de la ayuda de emergencia a Ucrania, por primera vez desde la invasión rusa. Desde entonces, los conservadores no se han movido de su oposición. De hecho, mientras Zelenski visita el Capitolio, varios congresistas republicanos están citados a un encuentro en la embajada de Hungría, principal opositor europeo a la asistencia a Ucrania, para coordinar su bloqueo tanto en EEUU como en la UE, donde también se debatirá esta semana la cuestión. 

La reunión, organizada por el think tank conservador Heritage Foundation, durará dos días y juntará a los republicanos con miembros de la embajada húngara y del Instituto Húngaro de Asuntos Internacionales, según avanzó The Guardian. Aunque no está confirmado, podría asistir también el ultraderechista primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien tiene una relación cercana con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Por su parte, Zelenski dijo en un comunicado el domingo que, en esta semana clave, se centrará en "asegurar la unidad entre EEUU, Europa y el resto del mundo en apoyar a la defensa de Ucrania frente a la agresión rusa, así como en fortalecer el orden internacional basado en reglas y el respeto para la soberanía de las naciones".

Por ahora, EEUU, el país que más dinero ha destinado a su aliado del este de Europa, ya ha aprobado 111.000 millones de dólares. Tras un año y medio de conflicto, y ante la llegada del invierno, la Casa Blanca ve imprescindible seguir aumentando dicha ayuda. La directora de presupuesto de Biden, Shalanda Young, envió la semana pasada una carta a los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado, avisando de que el país se quedará "sin dinero y casi sin tiempo" para enviar armas y asistencia a finales de año, con lo cual Kiev se arriesga a "quedar mutilada en el campo de batalla".

En la misma línea, el secretario de estado, Antony Blinken, reiteró en dos entrevistas televisadas el domingo que Washington se está "quedando sin fondos" para Ucrania: "Es el momento de dar un paso adelante de verdad, porque si no lo hacemos, ya sabemos lo que pasa. Putin podrá avanzar impunemente y sabemos que no se detendrá en Ucrania". Y ante el rechazo republicano, que busca rascar un acuerdo sobre política fronteriza, aseguró que Biden "está totalmente dispuesto a comprometerse" y a hacer concesiones importantes, con tal de lograr aprobar el paquete de ayuda.

Sin embargo, los republicanos insisten que hace falta un plan claro para superar el estancamiento. "¿Qué van a conseguir 61.000 millones de dólares que no hayan conseguido ya 100.000 millones?", se preguntaba el senador republicano JD Vance en otra entrevista en CNN. Por su parte, el presidente de la Cámara Baja, Johnson, insiste en su posición: "Cualquier paquete adicional de seguridad nacional debe comenzar por nuestra propia frontera. Ambos asuntos pueden ser acordados si los demócratas del Senado y la Casa Blanca negocian razonablemente".

De momento, el acuerdo entre ambas partes, que debe ser aprobado por las dos cámaras del Congreso antes del viernes, parece más lejano que nunca. La semana pasada, Biden hizo su última defensa a ultranza de la ayuda militar: "No puede esperar. Es increíble que hayamos llegado hasta este punto. Los republicanos en el Congreso quieren darle a Putin el mayor regalo que podría esperar y abandonar nuestro liderazgo global, no solo en Ucrania, sino más allá".