¿Qué le puede dar la OTAN a Ucrania? Más de lo que querría Putin, pero menos de lo que pide Zelenski

¿Qué le puede dar la OTAN a Ucrania? El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quiere el ingreso en la Alianza Atlántica, pero la posición mayoritaria entre los 31 países miembros es que esa posibilidad es inviable mientras dure la guerra. ¿Y qué le pueden ofrecer? Más apoyo político, económico y militar. Algo que sabe a poco en Kiev, pero que es mucho más de lo que reclamaba Vladímir Putin hace 18 meses, antes de invadir Ucrania: por aquel entonces, lo que pedía el Kremlin era que un repliegue de la OTAN en su frente oriental, y lo que está consiguiendo desde el 24 de febrero de 2022 es todo lo contrario.

"Los aliados abordarán el camino de Ucrania hacia el ingreso en la OTAN", ha dicho el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. En este sentido, los integrantes de la Alianza Atlántica están debatiendo simplificar el proceso de adhesión, incluso suprimiendo el Membership Action Plan (MAP, en sus siglas en inglés): significaría que el Gobierno ucraniano no tendría que participar en un programa de varios años para demostrar que ha llevado a cabo las reformas militares, económicas y políticas necesarias para unirse a la alianza militar.

El ministro de Exteriores ucraniano, Dimitri Kuleba, ha dado por hecho el cambio, si bien Stoltenberg se ha mostrado más prudente este lunes: "Estamos discutiendo estos elementos y este paquete y también finalizando las discusiones y negociaciones sobre el lenguaje preciso. No voy a entrar en detalles sobre lo que los aliados están acordando sobre eliminar los requisitos del plan de acción para la adhesión, dando un giro al proceso de adhesión de Ucrania”.

"En la cumbre fortaleceremos aún más a Ucrania [incluyendo las bombas de racimo que va a enviar EEUU] y estableceremos una visión para su futuro. Espero que los líderes aliados acuerden un paquete con tres elementos para acercar a Ucrania a la OTAN", ha afirmado el secretario general de la Alianza Atlántica: "En primer lugar, acordaremos un programa plurianual de ayuda para garantizar la plena interoperatividad entre las fuerzas armadas ucranianas y la OTAN. En segundo lugar, mejoraremos nuestros vínculos políticos. Mediante la creación del Consejo OTAN-Ucrania. Y en tercer lugar, espero que los líderes aliados reafirmen que Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN y se unan en la forma de acercar a Ucrania a su objetivo. Los aliados ya han prometido 500 millones de euros para necesidades críticas, como combustible, suministros médicos, equipos de desminado. También ayudaremos a construir el sector de seguridad y defensa de Ucrania, incluidos hospitales militares. Y ayudaremos a Ucrania en la transición de los equipos y estándares de la era soviética a los de la OTAN".

Stoltenberg ha anunciado que el presidente Zelenski participará "en la reunión inaugural del nuevo Consejo OTAN-Ucrania, que será una plataforma para consultas y toma de decisiones en situaciones de crisis, donde todos nos sentamos en pie de igualdad para abordar los problemas de seguridad compartidos".

Pero lo que quiere Zelenski es un asiento en la en la verdadera mesa de la OTAN. Para Zelenski y su Gobierno, la alianza liderada por Estados Unidos representa seguridad a largo plazo: el artículo 5 del tratado de la OTAN es una cláusula de defensa mutua respaldada por las armas nucleares estadounidenses, británicas y francesas. Pero el objetivo de Kiev va más allá de la defensa. Con la adhesión a la OTAN, igual que con la de la UE, Ucrania obtendría un pase claro hacia "Occidente".

El presidente de Ucrania ha amenazado con no asistir si la OTAN no da señales concretas de progreso respecto a una declaración de Bucarest de 2008 en la que se limitaba a decir que Ucrania "se convertiría" en miembro. Zelenski declaró a la cadena ABC el domingo: "Es una cuestión de voluntad política encontrar la formulación adecuada en las conclusiones e invitar a Ucrania".

En efecto, algunos de los antecedentes de la invasión rusa de Ucrania se remontan a una cumbre de la OTAN celebrada hace 15 años. Los líderes de la Alianza no lograron alcanzar la unanimidad sobre si conceder o no la adhesión a las antiguas repúblicas soviéticas de Georgia y Ucrania. A ambos países se les ofreció un vago compromiso de ingresar en la alianza en algún momento futuro, sin un plan establecido sobre cómo o cuándo podría lograrse.

Este gesto reflejaba la división en aquel momento. Por un lado, según recuerda The Washington Post, estaba la Administración de George W. Bush, profundamente impopular en el extranjero tras la ruinosa guerra de Irak y que apuraba su último año de mandato, que pretendía ofrecer a los dos países un "Plan de Acción para la Adhesión" formal a la OTAN. Por otro, un grupo de gobiernos de Europa Occidental, encabezado por Alemania y su canciller, Angela Merkel, que creía que ni Georgia ni Ucrania estaban políticamente preparadas para entrar en la OTAN y miraban con recelo las iniciativas que pudieran molestar al Kremlin.

"Por supuesto, los ucranianos quieren ver la palabra 'invitación' en alguna parte", dice un funcionario europeo que participa en las negociaciones al Financial Times, "pero no será sin calificativos; en su lugar, se encontrará algún tipo de palabras que no permitan que sea automático".

Ahora, tras casi 18 meses de guerra, durante los cuales los aliados de la OTAN han proporcionado a Ucrania más de 160.000 millones de dólares (más de 145.000 millones de euros) en apoyo militar y financiero, según Financial Times, las capitales occidentales se enfrentan a una cuestión mucho más amplia. ¿Están ahora dispuestas a prometer que, si volviera a ocurrir, sus tropas también lucharían y morirían? Y si no, ¿Qué estarían dispuestos a ofrecer en su lugar?

Según fuentes estadounidenses, en la cumbre se visualizará "un apoyo rotundo a la relación de Ucrania con la Alianza con toda una serie de puntos concretos que señalan un compromiso a largo plazo de la OTAN con Ucrania. Seguimos manteniendo conversaciones con Ucrania, junto con otros aliados y socios, sobre la mejor manera de tranquilizar a Ucrania sobre su seguridad a largo plazo para disuadir cualquier agresión futura una vez finalizada esta guerra. Obviamente, el mensaje general va a ser el refuerzo de nuestro compromiso continuo para garantizar que Ucrania siga siendo democrática, independiente, soberana y próspera. Y, desde luego, desde el punto de vista estadounidense, estamos comprometidos a seguir prestando el apoyo que Ucrania necesita en el campo de batalla, así como a ayudarles a reforzar sus fuerzas armadas para aumentar su seguridad a largo plazo".

El presidente de EEUU, Joe Biden, ha expresado que no puede haber atajos para la adhesión de Ucrania. En una entrevista hecha por CNN el pasado viernes y emitida este domingo, el presidente afirmó que Ucrania aún no está lista para ser miembro de la OTAN y que la guerra de Rusia en Ucrania debe terminar antes de que la alianza pueda considerar agregar a Kiev: "No creo que esté preparada para entrar en la OTAN. No creo que haya unanimidad en la OTAN sobre la conveniencia o no de incorporar a Ucrania a la familia de la OTAN ahora, en este momento, en medio de una guerra. Si la guerra continúa, todos estaríamos en guerra con Rusia, si ese fuera el caso".

Biden añadió: "Tenemos que trazar un camino para que... Ucrania pueda optar a entrar en la OTAN". Mientras se desarrolla ese proceso, quiere que Estados Unidos "proporcione seguridad como la que proporciona a Israel, proporcionando el armamento, las necesidades, la capacidad de defenderse, si hay un acuerdo, si hay un alto el fuego, si hay un acuerdo de paz".

El modelo israelí consistiría en proporcionar a Ucrania armas mucho más modernas y de última generación, inteligencia y entrenamiento, más allá del conflicto actual, para asegurarse de que su ejército se convierta en un elemento disuasorio suficiente contra futuros ataques.

Los detalles de tal acuerdo son objeto de negociaciones "frenéticas y de última hora" entre Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania: La idea, explica el medio Politico, es crear un "paraguas" para todos los países dispuestos a proporcionar a Ucrania ayuda militar continua, aunque los detalles varíen de un país a otro. El esfuerzo forma parte de negociaciones más amplias en la OTAN y entre varios grupos de naciones sobre cómo los aliados occidentales deben mostrar su apoyo a Ucrania a largo plazo.

"El presidente ha dicho que Ucrania tendría que hacer reformas para cumplir las mismas normas que cualquier otro país de la OTAN antes de ingresar", explican fuentes estadounidenses: "Hay normas que la alianza establece para todos los miembros. Y el presidente ha dejado claro que Ucrania tendría que hacer esas reformas. Y, desde luego, todo lo que seguimos haciendo ahora y seguiremos haciendo en el futuro es trabajar con Ucrania para garantizar que sea capaz de llevarlas a cabo".

"La única tarea aquí [en Vilna], y en la que todos los aliados están de acuerdo, es que hace 15 años [en la cumbre de Bucarest de 2008 en la que se anunció vagamente que Ucrania sería aceptada en la OTAN] dejamos zonas grises en el mapa de las que Putin se aprovechó, y ahora tenemos que asegurarnos de que no haya más zonas grises", afirma un alto diplomático de la OTAN al FT: "Se trata de dejar muy claro dónde están las líneas".

"El lugar más peligroso para los países vecinos de Rusia es sentarse en la sala de espera de la OTAN", opina Margus Tsahkna, ministro de Asuntos Exteriores de Estonia en el diario británico: "Y eso mismo hicimos hace 15 años con Georgia y Ucrania. Es como llegar al triaje en la sala de urgencias de un hospital... Entras, pero estás esperando y aún no te han etiquetado. ¿Eres un paciente verde, amarillo o rojo? Debemos etiquetar a Ucrania. Debemos iniciar el proceso".

El secretario general Stoltenberg insiste: "Estamos de acuerdo en que la puerta de la OTAN está abierta. Estamos de acuerdo en que Ucrania se convertirá en miembro, lo cual es un mensaje importante. Y también estamos de acuerdo en que corresponde a los aliados y a Ucrania decidir cuándo es el momento adecuado, y no a Rusia ejercer su derecho de veto. Y la tarea más urgente, en la que todos los aliados están de acuerdo es apoyar a Ucrania. Prestaremos apoyo a Ucrania todo el tiempo que haga falta. Porque a menos que Ucrania gane esta guerra, no habrá que discutir la cuestión de la adhesión. Y esa es la razón por la que los aliados están intensificando y proporcionando donaciones, apoyo militar, de una forma sin precedentes".

Otro de los frentes abiertos en esta cumbre de la OTAN es el ingreso de Suecia, vetado por Turquía desde hace un año. En este sentido, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado este lunes a primera hora que mantendrá el veto y lo ha vinculado el bloqueo a Suecia con la reactivación del proceso para la adhesión de Turquía a la UE. Sin embargo, al final de la tarde en Vilna, el presidente turco ha llegado a un acuerdo con Stoltenberg y el jefe del Gobierno sueco, Ulf Kristersson.

“Me complace anunciar que tras la reunión que mantuve con Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro sueco [Ulf Kristersson], el presidente Erdogan ha acordado remitir el protocolo de adhesión de Suecia a la Gran Asamblea Nacional lo antes posible y garantizar su ratificación. Se trata de un paso histórico que hace a todos los aliados de la OTAN más fuertes y seguros”, ha tuiteado Stoltenberg, junto a una foto con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro sueco Ulf Kristersson estrechando sus manos.

Hace un año en Madrid, Finlandia, Suecia y Turquía firmaron un acuerdo marcando los pasos necesarios para que Ankara levantase el bloqueo, todos ellos relacionados con la lucha antiterrorista. Turquía levantó el veto a Finlandia el pasado mes de marzo, pero hasta ahora había mantenido el del país vecino.

Biden confirmó el domingo a la CNN que apuesta por llegar a un acuerdo con Turquía para venderle los aviones de combate F-16 a cambio de facilitar la entrada de Suecia en la OTAN: "Turquía está buscando la modernización de la flota F-16 y [el primer ministro griego] Mitsotakis también busca algo de ayuda. Lo que estoy intentando, francamente, es llegar a algún tipo de consenso en el que fortalezcamos la OTAN en términos de capacidad militar tanto de Grecia como de Turquía y permitir la entrada de Suecia. Pero está en juego. No está cerrado".