Durante la noche del viernes pasado, varias ciudades de Portugal, entre ellas Lisboa, Albufeira, Braga, Oporto y Lisboa, dieron un paso atrás. Las autoridades lusas han impuesto un nuevo toque de queda a partir de las 23:00 horas a los habitantes de 45 concejos del país con mayor incidencia ante el aumento de los contagios de COVID-19. "No estamos en condiciones de dar por controlada la pandemia", dijo la ministra de Estado y de la Presidencia, Mariana Vieira da Silva, al anunciar la medida.