La tensión y la desconfianza entre el gobierno y el partido de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD) nunca había sido tan alta, hasta el punto que se ha puesto en duda la estabilidad de la coalición que gobierna en Suecia. La semana pasada, el ejecutivo del primer ministro Ulf Kristersson recibió un duro golpe cuando un programa del canal TV4 reveló que desde el departamento de comunicación de SD se han utilizado decenas de cuentas anónimas en redes sociales para difundir bulos, contenido xenófobo y atacar a los partidos del gobierno.