El número de sociedades activas en España aumentó un 0,9 % en 2019, muy lejos del 7 % alcanzado antes de la crisis de 2008, según el informe publicado este martes por el Banco de España, que señala que el crecimiento continúa siendo "muy débil" desde el inicio de la recuperación en 2014.

Esta es una de las conclusiones de su último análisis de la demografía empresarial en España, el país europeo en el que se ha producido una mayor caída en la tasa de nacimiento de empresas a raíz de la recesión y, a la vez, un mayor aumento en la tasa de destrucción.

A tenor de los datos, la situación de la que advierte a nivel de evolución de las empresas activas es aún más notable en el caso de las sociedades con asalariados, el colectivo más representativo de la actividad empresarial, que es todavía menor que el de 2008.

Así, mientras que a lo largo de la crisis este colectivo se redujo un 11,4 %, las sociedades sin asalariados crecieron un 18,2 %, en parte, como resultado de la contracción del empleo durante esos años, principalmente entre las microempresas.

A lo largo de la recuperación económica, las sociedades con asalariados han acumulado un "crecimiento modesto" de un 1,6 %. Por su parte, el número de empresas sin asalariados ha venido aumentando un 8,7 % pero a un ritmo cada vez "más modesto", hasta cerrar 2019 con un crecimiento nulo.

No obstante, el documento percibe diferencias por ramas de actividad, y advierte de que los mayores descensos durante la crisis se concentraron en las empresas de la construcción y, en menor medida, en la industria.

En concreto, en la construcción, la caída en el número de sociedades perduró hasta 2017, acumulando un descenso del 33,6 %; sin embargo, en 2019 el crecimiento en este sector se situó únicamente en un 1,9 %.

En la industria, entre 2009 y 2016 se acumuló una caída neta del número de empresas del 17,4 %, un porcentaje del cual se recuperó un 6,5 % durante 2017 y 2018; pero la tendencia no se ha mantenido en el último año, cuando cayó de nuevo un 0,4%.

De este modo, en ambos sectores, el número de sociedades sigue siendo inferior al de antes de la recesión, especialmente en el caso de la construcción.

En los servicios, en cambio, el número continuó aumentando, incluso durante los años de la crisis económica, aunque a un ritmo cada vez inferior.

Por tamaño, los mayores descensos se han experimentado entre las sociedades con asalariados de más de cinco trabajadores, a diferencia de cuanto ha ocurrido con las más pequeñas -de uno a cinco empleados-, que han mostrado mayor estabilidad.

En 2019, las sociedades de 20 trabajadores o más crecieron un 5,3 %, frente a un 2,9 % de las de 10 a 19 trabajadores, un 1,7 % de las de 6 a 9 trabajadores, y un 0,8 % de las de 1 a 5 trabajadores.

Con todo, el análisis aprecia que, a pesar del paso de los años, todavía no se ha recuperado la pérdida de peso de las empresas grandes que se produjo durante la crisis.

Respecto al dinamismo, el documento insiste en cómo la caída en la creación de empresas y el aumento en la destrucción de las mismas afectan a todas las ramas de actividad, con independencia del tamaño.

A escala europa, España se ha convertido en el país donde más se ha reducido la tasa de nacimiento de sociedades respecto a la anterior expansión, y ha pasado a situarse entre los Estados con un nivel más bajo de creación junto con Bélgica, Alemania y Francia.

También es en el que más ha aumentado la tasa de muerte de empresas, hasta ser, junto con Italia, Países Bajos y Finlandia, uno de los países con mayor tasa de destrucción.

En particular, el de energía y agua y el inmobiliario son los dos de los sectores que han registrado las caídas más intensas en la tasa de creación de empresas.

Igualmente, las tasas de destrucción son ahora mayores que en la anterior expansión de forma generalizada, excepto en los sectores textil e inmobiliario.