Los mercados parecen inmunizados de los riesgos geoestratégicos. No han sido un termómetro ante la gravedad de los ataques aéreos israelí y estadounidense sobre Irán. Algo se mueve en el clima inversor, que ha perdido su sensor de fuga ante amenazas sistémicas. El petróleo y el oro han permanecido casi inmunes y el dólar no ha agudizado su pérdida de valor. La Administración Trump ha cambiado las reglas del juego
El G-7 muestra las grietas que Trump ha infligido al orden multilateral
La madrugada del pasado domingo, siete bombardeos B2 Spirits de la Fuerza Aérea de EEUU lanzaron una larga docena de bombas antibúnker sobre los complejos nucleares iraníes Fordow, Natanz e Isfahán.