La economía española ha abierto una nueva etapa. Tras superar el doble golpe de la pandemia y la crisis de inflación, la actividad confirma una transformación que presenta fortalezas inéditas, como el despegue de la inversión empresarial, la resistencia del consumo por el ritmo récord de creación de puestos de trabajo o la expansión de un sector exterior que no solo es turismo.