Un aeródromo privado de Suiza ha sido el lugar elegido para la última gran protesta de activistas climáticos, que han desplegado una estructura de madera y después varios se han colgado de ella. El aeropuerto es uno de los empleados cada año por los centenares de asistentes al Foro Mundial de Davos y este lunes han sido recibidos por el movimiento Deuda por Clima con carteles que defienden que el mundo "ya no se puede permitir" al 1% más rico.
Las autoridades suizas han señalado que la acción no ha tenido impacto sobre el tráfico aéreo de Alterrhein, situado 120 kilómetros al norte de Davos, pero el mensaje de Deuda por Clima sí ha despegado en las redes sociales, donde culpan al 1% más afluyente de las consecuencias, tanto económicas como ecológicas, de la crisis climática.
"Queremos sacar a la luz las dificultades de la clase trabajadora y de los más afectados por la crisis climática, que no están representados en Davos, pidiendo el fin de la estructura no democrática de la economía global", dice el mensaje difundido por los activistas de Deuda por Clima en su cuenta de Twitter.
Deuda por Clima defiende además que se debe exigir responsabilidades al 1% más rico del mundo "por la descrucción del clima y el daño ecológico causado por sus emisiones extremas, sus políticas y sus inversiones". Y demandan también que los ricos "paguen su deuda climática" a través de "la cancelación incondicional de todas las deudas de los países del sur" para que los principales contaminantes reparen el daño causado a las naciones más afectadas por el calentamiento global.
Esta imagen difundida por el Movimiento por la Democracia en Europa 2025 muestra una hilera de jets privados como los que estos días emplearán los líderes mundiales para llegar a Davos. "Esta es la razón por la que estamos bloqueando la terminal para jets", lee el mensaje de Deuda por Clima en Twitter, donde añaden: "MakeThemPay", hagamos que paguen.
Los líderes políticos y económicos de todo el mundo que se reunen esta semana en la localidad suiza tienen pendiente, precisamente, explorar los riesgos climáticos globales y cómo fraguar la transición hacia una economía verde antes de 2030. El problema, argumentan los ecologistas, es que para llegar a Davos muchas veces eligen uno de los medios de transporte más contaminantes.
Se apoyan en datos de Greenpeace. La ONG publicó la semana pasada datos sobre los trayectos en avión privado que realizaron los líderes políticos y empresariales que acudieron a Davos en mayo de 2021. Greenpeace denuncia que emitieron una cantidad de dióxido de carbono equivalente a la que producen 350.000 coches.
Greenpeace sostiene que las emisiones de los vuelos en esa semana fueron cuatro veces superiores a las que suelen registrarse en esa zona. Los principales países de origen de estos vuelos privados fueron Alemania, Francia e Italia.
Más de la mitad de los jets privados que aterrizaron en los aeropuertos y aeródromos más próximos a Davos durante la cumbre habían recorrido distancias de menos de 750 kilómetros, según Greenpeace. Un 38 % de los aviones volaron menos de 500 kilómetros y llegó a registrarse un trayecto de tan sólo 21 kilómetros.