El Partido Socialista portugués del primer ministro António Costa ha ganado las elecciones, pasando de 86 a 106 escaños (36,6%), a diez diputados de la mayoría absoluta. Su objetivo es volver a gobernar con el apoyo de las otras formaciones de izquierdas y entrar en el reducido club de países europeos donde la socialdemocracia encadena gobiernos.
En 2015, el Partido Socialista se hizo con el gobierno de Portugal sin ser la fuerza más votada gracias a un pacto de investidura sin precedentes con las otras formaciones de izquierdas: el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista. Nadie pensaba que aquello fuese a durar toda la legislatura y fue tachado despectivamente de 'geringonça' (chapuza).
"A los portugueses les gustó la 'geringonça'. Les gustó mucho y quieren la continuidad de la solución política, pero ahora con un Partido Socialista más fuerte", afirmó Costa tras conocer los resultados. De hecho, los socialistas son los únicos firmantes de la 'geringonça' que han mejorado sus resultados respecto a 2015.
Aun así, la experta del Real Instituto Elcano Patricia Lisa no da nada por hecho. Lisa recuerda que Portugal no ha tenido normalmente gobiernos de minoría. "El Partido Socialista lo logró con Guterres en los 90, pero fue una excepción. Costa en 2015 también lo logra con unas circunstancias muy excepcionales. Esa excepcionalidad puede que no se repita", señala. "El Partido Socialista tiene un resultado muy favorable, mejor que en 2015, pero puede que tenga más dificultades para gobernar. Tampoco se descarta que se pueda acercar a la derecha", añade.
Apenas cuatro países de la UE, sin contar a Portugal, tienen actualmente un gobierno socialdemócrata que ha encadenado dos mandatos consecutivos: Suecia, Eslovaquia, Malta y Rumanía. Dinamarca, Finlandia y España también cuentan actualmente con un ejecutivo socialdemócrata, pero es su primer mandato. En otros casos como en Luxemburgo, Alemania, Eslovenia, Italia, Lituania y República Checa el primer ministro no es socialdemócrata, pero la formación está en el Gobierno gracias a un acuerdo de coalición.
En Suecia, el primer ministro socialista, Stefan Löfven, fue reelegido en enero de 2019 en coalición con los verdes tras una parálisis política de cuatro meses desde las elecciones de septiembre de 2018. Finalmente, el Partido Socialdemócrata Sueco firmó un pacto con liberales y centristas y el Partido de Izquierda (antiguos comunistas) se abstuvo. El objetivo de aislar a la extrema derecha –que obtuvo 62 escaños y un 17,53% de los votos, lo que representa un aumento del 41,7% respecto a las pasadas elecciones– facilitó la investidura. El partido de Löfven perdió 13 escaños respecto a 2014 y la fragilidad de sus apoyos auguran una legislatura complicada. En la anterior, ya gobernó en minoría y superó dos mociones de censura.
Eslovaquia cuenta con un Gobierno de coalición encabezado por el socialdemócrata Peter Pellegrini, que asumió el cargo en marzo de 2018 después de que su predecesor, Robert Fico, renunciara a raíz de la crisis desatada por el asesinato de un periodista que investigaba presuntos vínculos de círculos cercanos al Ejecutivo con el crimen organizado.
El gabinete de Pellegrini está compuesto actualmente por socialdemócratas (SMER), nacionalistas (SNS) y el partido de la minoría húngara (Most-Hid). En 2012, Fico ganó las elecciones con mayoría absoluta, pero en los comicios de 2016, el apoyo al SMER se redujo y se vio forzado a buscar socios de Gobierno. En septiembre, Pellegrini sobrevivió a una moción de censura en el Parlamento después de perder la mayoría formal en la cámara a medida que la muerte del reportero Jan Kuciak sigue sacudiendo al Ejecutivo. Eslovaquia se prepara para una nueva convocatoria electoral el año que viene.
En Malta, Joseph Muscat, líder del Partido Laborista, fue reelegido como primer ministro en las elecciones generales de 2017, convocadas casi un año antes de lo previsto después de que su esposa apareciese en los llamados "Papeles de Panamá" –revelado en este caso por la periodista asesinada Daphne Caruana–. Muscat ganó entonces los comicios con una amplia mayoría al principal partido de la oposición, el Partido Nacionalista, repitiendo la victoria que ya cosechó en 2013. Entonces, puso fin a casi 15 años ininterrumpidos de gobiernos del conservador PN en la isla.
El Parlamento de Rumanía vota este jueves una moción de censura contra el Partido Socialdemócrata, que hasta este verano gobernaba en coalición con los liberales, que se salieron del Ejecutivo y han anunciado que apoyarán la moción de censura. En 2012 y en 2016 el Partido Socialdemócrata ganó las elecciones legislativas y han gobernado desde entonces a excepción del periodo entre noviembre de 2015 y enero de 2017, cuando se formó un gobierno tecnócrata tras la dimisión del primer ministro socialista Victor Ponta por un incendio en una discoteca en el que murieron 64 personas. Rumanía es un sistema semipresidencialista en el que el poder ejecutivo está compartido entre el Gobierno y el jefe de Estado. El presidente del país es el conservador Klaus Iohannis.
Otros países europeos tienen también actualmente gobiernos presididos por socialdemócratas, pero estos están en su primer mandato. Es el caso de Dinamarca, donde los Socialdemócratas, presididos por Mette Frederiksen, ganaron las elecciones de junio de 2019 y actualmente gobiernan en minoría. Aun así, Frederiksen, que ha arrebatado el gobierno a los conservadores, hizo campaña proponiendo políticas migratorias restrictivas como alojar a los solicitantes de asilo con antecedentes en una isla, la misma donde se investigan enfermedades contagiosas de animales.
En Finlandia, un Gobierno compuesto por cinco partidos liderados por el socialdemócrata SDP está al frente del país desde junio de este año. Lo encabeza Antti Rinne. El partido socialista fue la fuerza más votada en las elecciones del pasado abril por primera vez desde 1999, una victoria que arrancó por la mínima a la extrema derecha del Partido de los Finlandeses (antes Verdaderos Finlandeses), que lidera la oposición.
A este grupo se añade España, donde el PSOE se hizo con el Gobierno tras una moción de censura en junio de 2018 y, tras ser la fuerza más votada en las elecciones generales del 28A, no consiguió recabar los apoyos necesarios para formar Ejecutivo. Del apoyo de las formaciones progresistas dependerá que el portugués Costa repita el pacto que muchos han percibido como un ejemplo para la izquierda europea.