Los "robots asesinos", armas capaces de decidir y ejecutar ataques sin intervención humana, son ya una realidad al alcance de varios Gobiernos, pero el mundo sigue dividido sobre cómo responder.
La amenaza, que hasta hace poco sonaba casi a película futurista, lleva años discutiéndose en Naciones Unidas sin resultados tangibles pese a que la urgencia no hace más que crecer.
"Estas no son tecnologías del mañana, son posibles hoy, aunque resultan muy poco seguras", explica a Efe la experta Liz O'Sullivan, miembro de la Campaña Para Detener los Robots Asesinos.
Esta coalición de 130 ONG, respaldadas hasta ahora por 29 Estados, está promoviendo la negociación de un tratado internacional para prohibir este tipo de armamento.
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