Florian Zeller (2020)

Florian Zeller se ha convertido, en los últimos quince años, en uno de los talentos más codiciados de los teatros parisinos y se diría que de toda Europa. No en vano es, junto a Yasmina Reza, el dramaturgo francés vivo más interpretado fuera de su país. De hecho su primera película es británica: El padre es una adaptación al cine de una obra propia y homónima estrenada en 2012.

Ocho años después Zeller dirige su primer largometraje apoyándose en una ambientación orgullosamente teatral, y en dos pesos pesados del cine británico. Anthony Hopkins y Olivia Colman son padre e hija en un drama en el que se lucen ambos, especialmente el primero en un papel hecho a medida que ya suena en la temporada de premios y puede llegar a los Oscar con relativa facilidad. La película, Premio del Público en la pasada edición del Festival de San Sebastián, descubre sus cartas pronto para desubicar al espectador con constantes cambios y alteraciones que le hagan empatizar con la demencia de un hombre mayor que se niega a recibir cuidados.

Rose Glass (2019)

La realizadora birtánica Rose Glass tiene 30 años y contaba con cinco cortometrajes antes de dar el salto al largometraje. Una experiencia que ha convertido su debut en uno de los más alabados del cine británico de los últimos tiempos: Saint Maud. Un drama sobre la religión, el fanatismo y la culpa que huye de etiquetas fáciles aunque su campaña publicitaria haya decidido probar a encajarla como película de terror al uso en nuestro país.

Saint Maud narra la historia de una joven enfermera fervientemente creyente que empieza a trabajar cuidando a una mujer con un cáncer terminal. La primera quiere salvar el alma de la segunda, aún cuando esta no quiera ser salvada de nada. Y lo cierto es que el lenguaje del terror recorre todo el filme, pero lo que construye resulta hipnótico e inquietante por cómo explora la culpa de dos mujeres enfrentadas a sus creencias y a las limitaciones de sus cuerpos. Un debut irregular pero asombrosamente arriesgado.

Wong Kar-Wai (2000)

Deseando amar es una película sobre el amor... sin besos. Porque de lo que se habla es, precisamente, de su ausencia. Del deseo, el aplazamiento y la imposibilidad. Hace veinte años que Wong Kar-Wai marcó, casi sin proponérselo, determinado sentir de la posmodernidad en el cine asiático. Una senda que exploraba la cotidianidad y sus infiernos con un formalismo milimétrico y apasionado en este magnífico filme.

No contenta con reestrenar una versión restaurada en 4K de este clásico moderno, la distribuidora Avalon también ha inaugurado un espacio de visita obligatoria para fans del realizador. Hablamos de ·Universo Wong Kar-Wai·, una exposición que recrea el mundo de las películas del director coincidiendo con el reestreno mencionado. Podrá verse en los cines Renoir Princesa de Madrid (salas 10 y 11, es decir las del pasaje) y los Cinemes Boliche de Barcelona. Además ambos cines exhibirán, a lo largo del mes de enero, otros seis títulos de la filmografía de Kar-Wai acompañados de presentaciones, encuentros y la proyección de contenido y piezas en primicia. Puedes descubrir más aquí.