El escándalo estalló hace varias semanas, después de que una joven irlandesa denunciase que en un concierto de Rammstein en la capital lituana de Vilna le habían suministrado drogas, supuestamente con el fin de que mantuviese relaciones sexuales con el vocalista.

A ello le siguió un aluvión de testimonios de otras mujeres, recogidos en diversos medios alemanes e internacionales, que denuncian la existencia de un supuesto sistema en torno al cantante para captar a jóvenes con las que pudiera tener relaciones sexuales tras los conciertos.

Algunas afirman que se sintieron intimidadas o violentadas por la actitud de Lindemann, mientras que otras han declarado que el cantante abusó de ellas o haber presenciado cómo otras chicas se comportaban como si estuviesen drogadas.

La policía lituana afirmó el pasado fin de semana que no seguiría investigando la denuncia original contra el cantante, presumiblemente por falta de pruebas.

No obstante, en Alemania la controversia en torno a la popular banda -que hasta ahora ha rechazado todas las alegaciones y ha pedido que se respete la presunción de inocencia de Lindemann- no ha dejado de crecer. El grupo vendrá a España como parte de su gira el próximo viernes.