El resultado de esa labor es Sed (Mushroom Pillow), un álbum compuesto por doce cortes que reflexionan sobre el concepto del éxito y la fama, arropados por el sonido de las guitarras atronadoras y los sintetizadores que caracterizan la música del grupo gallego.

Afortunadamente, esta vez sí pueden hacer una gira en condiciones. La empezaron el pasado 23 de junio en el festival Tomavistas de Madrid y está previsto que termine el próximo 2 de febrero en Santiago de Compostela, aunque aún quedan fechas por confirmar. Isa Cea, bajo y voz de la banda, habla con elDiario.es por teléfono en pleno viaje hacia Madrid. Habitualmente pasa sus días en Boiro, un tranquilo pueblo coruñés donde vive junto a Rodrigo Caamaño, guitarra y voz del grupo, además de su pareja. Allí tienen su casa y su propio estudio de grabación, hasta el que se desplazan desde A Coruña Rafael Mallo, encargado de la batería y Zippo, teclado y guitarra. Es el centro de operaciones del grupo.

Cea dice que les apetece mucho salir de gira: “Estamos metidos mucho tiempo en el local, nos movemos en un círculo estrecho y al final necesitas salir de casa. Es emocionante y sabemos que hay sorpresas y siempre hay otros grupos con los que te vuelves a encontrar”. Pero el entusiasmo les dura un tiempo limitado, porque van por ciclos un poco marcados por su manera de trabajar: “Cuando se acaba el verano, a lo mejor tenemos más ganas de volver al estudio. Digamos que una cosa va tirando de la otra. Ahora tenemos muchísimas ganas de tocar y volver a recargarnos con la energía de los directos, que para nosotros es indispensable”.

En la actualidad, cada vez es más habitual que los artistas estrenen temas sueltos que después juntan en una especie de álbum recopilatorio en el que las canciones no tienen porqué compartir un hilo conductor. Pero Triángulo de Amor Bizarro ha pensado su nuevo trabajo como una obra redonda y completa en la que todos los cortes tienen un sentido. “Una de las mayores diferencias con otros álbumes es que en Sed las canciones hablan un poco del mismo tema. Es un disco bastante unido sobre la búsqueda del éxito y de fama, que va discurriendo por diferentes personajes a lo largo de todas las canciones”, desarrolla Cea. “A nivel musical, siempre tratamos de ir variando de luces a sombras. Empieza con una canción más pop y muy directa al éxito y después ya se mete por lugares más oscuros”, cuenta.

La temática de las letras estaba ahí, como flotando en el ambiente a la espera de que la capturasen. No es que a la banda le dé miedo caer en el olvido o dejar de ser grandes estrellas de la música, pero en su gremio es una inquietud constante. “El éxito no es una cosa que se busque directamente, sino que aparece de repente en el discurso. Cuando empiezas a hacer un disco, nunca sabes muy bien cuál va a ser el hilo o conexión entre las canciones pero se ve que había algo en el aire que nos estaba llevando hacia ese tipo de cuestiones”, explica Isa Cea. “Supongo que con la pandemia, al haber estado un poco lejos de lo que solemos hacer, nos hizo coger un poco de perspectiva. Las típicas preguntas que todos nos hacemos de hacia dónde voy, qué es lo que soy, cuántos años tengo. Y también el hecho de estar en un mundo en el que está todo muy dirigido a dar una imagen en las redes, ese mundo ficticio en donde todo parece que va bien”, reflexiona.

Sed es una llamada a identificar qué es el éxito en realidad, qué es lo que hace realmente feliz a cada persona en contra del discurso simplón y extendido del triunfo como símbolo de dinero o seguidores en Instagram. “En nuestro caso, el éxito es poder hacer canciones y conseguir crear algo con un sentido que perdure en el tiempo, que nos identifique y que valga para algo más que para conseguir un puñado de likes o unos números en una plataforma de reproducción algorítmica”, afirma la artista gallega. “Disfrutamos del camino, de la filosofía de hacer un disco, de cómo van apareciendo cosas que en un principio no existen”, detalla.

En la parte audiovisual han vuelto a colaborar con el cineasta Toño Chouza que, además de compañero, también es su vecino en Boiro. “La pandemia nos obligó a replegarnos y mirar a lo que teníamos más cerca y resulta que ahí estaba Toño”, explica Cea. “Es un tío que tiene mucho talento, con el que podemos conversar y trazar planes elaborados. Es muy fácil trabajar con él, tiene mucha sensibilidad y aún por encima está al lado de casa, no podemos pedir más”, completa. Las fotografías del álbum y los videoclips de las canciones Canción de Muerte del Pez Dorado y Estrella solitaria, por ejemplo, están firmados por él. En cuanto a las posibles influencias que se han colado en el disco, Cea no las tiene muy claras porque la parte lírica tiene mucho peso, pero por lo que a ella respecta “hay mucha influencia de artistas femeninas, desde Madonna a Kate Bush. Siempre las tengo presentes y siempre son importantes”.

Triángulo de Amor Bizarro no son precisamente un grupo novel: en 2007 ficharon con el sello Mushroom Pillow y ese mismo año lanzaron un disco homónimo y el álbum El Hombre del siglo V, en el que recopilaron las canciones de sus maquetas previas. Una trayectoria de más de 15 años en la que ha habido mucha diversión pero también mucho esfuerzo. “Lo que sí hay es una forma clara de vivir y de hacer las cosas que hemos escogido. La banda nos permite ser libres a muchos niveles vitales y eso es lo que nos mantiene unidos”, afirma Cea. “Hemos aprendido a equilibrar energías; a veces es más divertido y a veces menos pero el fin es mucho más grande que tener un mal día, siempre hay algo detrás que es la música”, dice.

Conseguir mantenerse dentro de una industria tan salvaje como la musical tampoco es fácil. Ellos han actuado en todo tipo de eventos, desde festivales hasta teatros pasando por salas de aforo escaso. De hecho, la gira que están realizando ahora combina escenarios festivaleros de tamaño medio y salas de conciertos. No hay ningún macrofestival en la lista, aunque los conocen bien desde dentro. En un momento en el que dicho modelo se encuentra en entredicho y los puntos de vista desde los que se emiten las opiniones son muy diversos, Cea afirma: “A nosotros los festivales nos han ayudado mucho a poder seguir adelante, mantenernos e incluso visitar sitios que si no sería imposible. Pero bueno, como todo con su medida”. Según su percepción, el problema es “la avaricia del capitalismo. Cuando quieres abarcar demasiado, todo acaba perdiendo calidad”.

Pese a que Triángulo de Amor Bizarro ya son un grupo más que consolidado, Cea teme que los resultados de las próximas elecciones del 23 de julio hagan más complicado aún vivir de la música. Los cambios en los gobiernos municipales y autonómicos que han traído los comicios del pasado 28 de mayo ya han empezado a notarse con Vox al cargo de la gestión de la cultura en la Comunitat Valenciana o los festejos en el Ayuntamiento de Xixón, por ejemplo. Sin ir más lejos, la concejala de festejos de la ciudad asturiana Sara Álvarez Rouco ya ha adelantado que vetará a los artistas que canten en asturiano (para recular posteriormente) y que recuperará las corridas de toros. Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, anunció hace unos días que bajo su mandato la cultura no tendrá ministerio propio y se incluirá en la cartera de Educación y Universidades.

“El futuro de la cultura en España da bastante miedo”, opina Cea. “Ya es difícil llegar a algún sitio dentro de este sector sin ayudas, pero es que ya no es que no te ayuden, es que este tipo de políticas son un freno directo. Desde luego es un retroceso a todos los niveles. Creo que no hace falta ir muy lejos para ver cómo el desarrollo y la cultura de un país van unidos. Asusta bastante y espero que la gente se deje de tonterías y vaya a votar y apueste por no ir veinte años hacia atrás”, concluye.