José Luis Rebordinos, el director del Zinemaldia, es experto en capear temporales. Lo hace siempre con una sonrisa, y afrontando los problemas de frente. No tiene miedo en confesar que dos premios Donostia se han caído por esa huelga, y ha preferido que Bardem recoja el suyo la edición que viene para poder ofrecerle la fiesta que se merece. Con la misma tranquilidad con la que afronta las preguntas sobre la huelga lo hace para ser tajante sobre las líneas rojas del festival o sobre la última polémica de esta edición.

Una ha sonado sobre la bocina. La programación de No me llame Ternera, el documental de Jordi Évole y Màrius Sánchez en el que se entrevista al exlíder terrorista de ETA ha recibido acusaciones de 'blanqueo' que Rebordinos considera injustas, y provocado una carta firmada por más de 500 personas, entre las que se encuentran nombres como Fernando Savater, que piden que no proyecte el documental. En la tarde del martes, Rebordinos contestaba con un comunicado de prensa en el que confirmaba que no retiraría la película y que el documental no blanqueaba a la banda terrorista. Citaba, además, el documental Pinochet y sus tres generales (José María Berzosa, 2004), programado en San Sebastián y donde se entrevistaba a algunos de sus principales golpistas. "Allí se demostraba que dar la voz no es ni mucho menos dar la razón". También ofrecía a los firmantes la posibilidad de realizar "una proyección privada previa a un grupo reducido en su representación". De todas las polémicas habla a menos de dos semanas del comienzo de la 71 edición del certamen.

Quedan menos de diez días para que comience la edición, ¿falta alguna cosa, habrá alguna sorpresa de última hora?

Yo diría que está todo hecho. Al 99,5%, porque siempre hay alguna intentona de alguna cosita de última hora, pero el festival es lo anunciado. Falta por saber la película sorpresa y lo demás está prácticamente terminado. Ahora lo que estamos es produciéndolo, es la fase en la que hay que organizarlo todo. Pero está muy controlado.

Parece que no hay edición del Zinemaldia sin que pase algún imprevisto. Este año ha sido la huelga, ¿cómo les ha afectado? 

Yo tengo la impresión de que me han tocado unas épocas muy raras, porque no hemos tenido prácticamente ningún año tranquilo. Me tocaron los primeros años saliendo de la crisis gorda, que fue una crisis estructural muy dura, que duró bastantes años, y cuando empezábamos realmente a llegar a cierta normalidad llegó la pandemia. Luego llegó la guerra, luego llegó la inflación y ahora esta huelga. Sí, es un revés, obviamente. Sobre todo nos ha hecho mucho daño porque era un año en el que había dos premios Donostia muy fuertes confirmados, que eran dos actrices norteamericanas, y se han caído las dos.

Una yo creo que la podremos tener el año que viene de nuevo, porque ese es su compromiso, y la otra será más difícil porque es una persona más compleja. Es una gran estrella y este año la teníamos en Londres rodando y todo era muy fácil. Traerla de EEUU es muy costoso y probablemente, salvo que consigamos montar una operación a tres o cuatro bandas, nosotros no podríamos asumir sus costes. Luego también teníamos otros actores norteamericanos confirmados que se han caído… Pero he de decir que la programación es exactamente la misma que si no hubiera huelga, no ha cambiado nada. Va a haber menos glamour norteamericano, pero bueno, lo va a haber europeo, lo va a haber español, y todavía igual puede que tengamos alguna sorpresa norteamericana que no está confirmada.

No sé si lo más triste es lo de Javier Bardem, que además es el cartel de la edición.

Para mí personalmente no, porque Javier es un amigo del festival y es alguien que lo recogerá el año que viene. Me hubiera gustado que lo recogiera este año con el cartel, pero lo que quiero es que lo recoja siendo una gran fiesta como lo fue cuando lo recogió Penélope Cruz, que fue superbonito. Quiero que podamos hacer algo precioso, y este año no iba a ser posible. Hemos estado hablando mucho y comunicándonos en el último mes y medio y de común acuerdo decidimos que nos parecía que no tenía sentido forzar y dar el premio físicamente. 

Ha habido un comentario gracioso en redes sociales y es que es un poco irónico que de los tres premios Donostia (Hayao Miyazaki, Javier Bardem y Víctor Erice) el que vaya a ir a recogerlo es Erice, que a priori podría parecer el más complicado.

Víctor Erice es un premio que creo que nadie puede discutir y que además tiene esta parte tan bonita de que lo va a hacer 50 años después en el sitio donde ganó la primera Concha de Oro para el cine español por El espíritu de la colmena. 50 años después vuelve al mismo escenario y además a un sitio como es San Sebastián, tan importante para él, a recoger este premio. De Miyazaki soy un fan loco de su obra y de la de Estudios Ghibli, y lo hemos intentado en más ocasiones y por fin lo hemos conseguido. No va a poder venir porque ya tiene una edad y se mueve muy poquito, pero bueno, ya tiene el premio en sus manos, he visto la foto del premio en Tokio, y nos mandará un video de agradecimiento. Para mí es un honor y un placer que el nombre de Miyazaki quede ligado a la historia del festival. Es un mago del cine, no solo de la animación.

¿Cuándo uno diseña un festival, tiene una línea editorial sobre qué quiere decir con las películas elegidas?

Cuando diseñas un festival, lo que diseñas es una forma de trabajo. De hecho, eso suele ser una reflexión que hacemos a posteriori. Por ejemplo, este año de pronto descubrimos que tenemos mucha animación con la inauguración, la película de Fernando Trueba, la de Isabel Herguera e incluso en los working progress europeos hay una película de animación que creo que es la primera vez que nos pasa. Sigue habiendo películas sobre la juventud, cada vez vemos más películas que tratan temas relacionados con la situación de la mujer en el mundo y cada vez hay más películas donde las mujeres intervienen como sujetos activos en ellas, como directoras, productoras o en otro tipo de lugares de la producción. Pero hay un tema muy recurrente este año que es el de la memoria histórica. Hay muchísimas películas que tratan del nazismo. La propia película que ha creado la polémica de este año es sobre el dirigente y terrorista de ETA Jose Ternera, así que si analizas todas las películas hay muchas dedicadas a la memoria histórica. 

Ha mencionado esa polémica del documental No me llame Ternera. Usted tiene ya experiencia en esto, ¿sabía que en cuanto se anunciara iba a haber gente que no lo iba a entender?

Bueno, yo lo entiendo. Se anuncia una película en la que el protagonista, al que se entrevista, es un tipo que ha estado en ETA 50 años, una figura clave de un grupo terrorista que asesinó a montones de ciudadanos, que intentó implantar por la fuerza un concepto ideológico, un régimen autoritario. Es normal que haya gente que diga que qué es esto. Lo que no acabo de entender es que gente a la que respeto mucho y que tiene mucho rigor intelectual, sigue opinando de la película sin haberla visto. Es decir, hay gente que dice que la película va a blanquear a ETA. Señores, que no blanquea a ETA, que yo he visto la película y que jamás programaría una película que yo creyera que blanquea ETA.

Creo que es una película que tiene muchas aristas, que es inteligente, que es interesante y creo que es una película que pone al señor Josu Ternera en su sitio. Empieza con una víctima y acaba con una víctima. ¿Ustedes creen que alguien a quien acribillaron a tiros hubiera aceptado esa película si pensara que la película blanquea a los que intentaron asesinarle? Y luego, ojo, cuando se vea la película puede haber todo tipo de opiniones. Yo entiendo que alguien que haya sido víctima, simplemente el hecho de que alguien le dé la palabra a un señor como este, le haga sufrir y le traiga dolor. Y lo siento, pero al mismo tiempo creo que la vida tiene que seguir, creo que tenemos que seguir hablando, analizando qué pasó.

Hay gente que te dice 'bueno, como si no lo supiéramos', y creo que no es tan sencillo. ¿Qué lleva a jóvenes idealistas, porque muchos miembros de ETA eran jóvenes idealistas, a cometer actos atroces, a asesinar a gente inocente? Es interesante escuchar también a los que fueron los asesinos. Afortunadamente hace ya años que se acabó ETA, pero ahora tenemos que conseguir que no se vuelva a reproducir. Que nunca más pase esto, que nuestros jóvenes entiendan que no puede volver a pasar esta locura. Yo siempre digo algo que a veces se entiende mal. Digo que hay cosas que explican a ETA, no la justifican. Y añado: como hay cosas que explican el GAL. Claro que hay cosas que explican el GAL. ETA y el GAL no nacieron porque sí, nacieron fruto de unas circunstancias históricas, políticas y por supuesto, de la mente y de la decisión voluntaria de unos señores que se convirtieron en asesinos. Pero creo que es bueno hablar de las cosas. Dejar hablar a la gente. A mí me duele un poco que la gente hable antes de verla. Una vez que la vean, podemos discutir con argumentos y cualquier opinión me parecerá bien, porque cada uno es muy libre de opinar lo que quiera, pero por favor, que la gente tenga paciencia y la vea. No es una película que blanquea a ETA.

¿A veces piensa para qué me meto en esto? Le hubiera sido más fácil no programarla.

No. Yo llevo muchos años trabajando, tengo 61 años, y cuando cuando murió Franco yo tenía 14 años, entonces sé lo que fue el final de esa dictadura, la España que nos legó un asesino y traidor a su patria como Franco, 40 años de terror. Y sé lo que han sido estos años de dolor. Yo he tenido gente muy cercana que ha sufrido la violencia de ETA directamente y gente cercana que ha sufrido la violencia policial, la tortura... Porque aquí ha habido de todo. No solo ha habido un grupo que mataba, dio pie también a muchas conculcaciones de derechos humanos. Por eso creo que es importante que nuestros jóvenes entiendan qué pasó y y que lo rechacen para que no vuelva a pasar, y por eso creo que merece la pena sufrir un poco con todos los insultos. Obviamente me llaman de todo por las redes y te preguntas qué has hecho tan grave. Simplemente pensar que una película tiene derecho a proyectarse y que es interesante que se proyecte. Me llaman hijo de puta, asesino, terrorista, varios han deseado que maten a mi familia… Bueno, pues es el país que tenemos y sobre todo el país que tenemos en las redes sociales.

También fue muy tajante en la presentación del cine español de esta edición contra Vox. ¿Cree que un festival debe mojarse políticamente?, ¿hay o había miedo a cómo puede afectar al Zinemaldia un gobierno con la extrema derecha dentro?

Mi miedo a que entre la extrema derecha no es por el festival, eso es lo de menos, es por la sociedad española en general. De hecho ya estamos sufriendo de alguna forma la influencia de la extrema derecha, aumentando las agresiones homófobas, aumentando los crímenes contra las mujeres... Cuando tú creas un caldo de cultivo… cuando un fascista está escondido es menos peligroso que cuando se siente envalentonado y está encantado de reconocerse como tal ante la sociedad. Yo nunca me he definido políticamente. En nuestro festival es igual de bienvenido un señor de la derecha más conservadora, además tengo amigos en ella, que alguien de la izquierda radical, que también tengo amigos en ella, pero hay una línea roja, y es el fascismo. Una línea roja es aquellos que no respetan los derechos de los demás, aquellos que niegan la dictadura y que se sienten contentos con un dictador como Franco, aquellos que niegan los derechos de las minorías sexuales, aquellos que niegan los derechos de las mujeres. Esos no son bienvenidos en el festival porque creo que no son bienvenidos en ningún sitio de nuestra sociedad.

Cada uno tenemos nuestra forma de entender el mundo. La mía no es la buena, es una más. Y tengo amigos, insisto, en todas las acciones políticas democráticas del país. En todas tengo amigos y grandes amigos con los que discuto y no pasa nada. Yo no me voy a definir nunca a favor de la izquierda o a la derecha como director del festival. Nunca. Ni a favor de un partido ni de otro. Nunca. Sí me voy a definir en contra de Vox, que creo que es un partido fascista y que creo que es un partido que sobra en nuestra sociedad, pero con la misma radicalidad que voy a decir que ETA fue una banda fascista y asesina. Fascista porque intentó imponer un proyecto por la fuerza de las armas y asesina no hace falta que lo explique, es fácil de entender. Y también me parece un grupo fascista que nunca podría tener sitio en nuestra sociedad. Exactamente igual, porque de pronto leo tuits que dicen que nunca han oído a un director del festival posicionarse en contra de ETA. Hombre, pues usted no deberá saber leer los periódicos con mis declaraciones desde hace aproximadamente 30 años, desde que yo era el director de la semana de cine fantástico y de terror. No he cambiado en mi forma de ver eso y nunca he dejado de decirlo públicamente. Y seguiré diciéndolo.

Volviendo a esta edición, siempre acierta señalando las sorpresas a las que hay que poner el foco, ¿cuáles son este año?

Para mí todas las películas de la sección oficial son igual de importantes. Tienen que serlo. Es verdad que a veces hay esa peli diferente, extraña… a mí una película que me parece que va a ser una sorpresa es Kalak, de la coguionista de Border. Esto no quiere decir que sea mejor o peor que otras porque hay películas que me encantan, pero es una película muy especial, muy diferente. También está la película de Kitty Green, The Royal Hotel, que es una película muy fuerte. Creo que tenemos una sección oficial con mucha personalidad.

El cine español está presente con tres películas de tres directoras, ¿qué cree que dice esta selección del cine español del momento?

A mí me parece bonito que nos salieran tres mujeres, porque creo que es la primera vez en la historia del festival que ocurre, y no fue algo buscado. Son tres películas muy, muy diferentes. Por un lado está la película de Isabel Coixet, que tampoco la voy a descubrir ahora, que es una película fuerte basada en Un amor, la novela de Sara Mesa. Cuando hablaba con la productora de la película le decía ‘dónde os habéis metido’. Yo soy un fan loco de Sara Mesa y de su novela y esto me parecía muy difícil de llevar a la pantalla. Bueno, pues creo que Isabel Coixet ha salido viva y ha hecho una película interesantísima con una pareja de actores que están en estado de gracia, que me los creo y que veo a los personajes de la novela que era muy difícil que pasara. Y luego las otras dos películas, pues Isabel Herguera es una mujer que ha hecho un montón de cortometrajes de animación con los que has estado en festivales internacionales y su película, El sueño de la sultana, es de una belleza plástica y de un nivel artístico realmente extraordinario.

Y por último, Jaione Camborda es una directora a la que ya seguimos desde Arima y esta película, O corno, es un paso adelante, es una película pequeña llena de personalidad. Una directora que creo que a partir de ahora todos vamos a estar esperando su siguiente película. Y yo no olvidaría una película que me parece que va a ser una de las grandes sorpresas del cine español de este año, que es La estrella azul. Ojo con esa película. Es una película muy hermosa que va a encantar al público y que nos sorprendió muchísimo. Ojo con esta película que creo que va a dar que hablar.

Otra novedad son los subtítulos en euskera, que también era una cosa que que llevaban tiempo queriendo. ¿Cómo va a ser?, ¿cómo ha sido ese proceso de dar el paso?

Esto es algo que ya lo hace Sitges, es decir, que no es ninguna novedad extraordinaria. Simplemente nos ponemos al día con algo con lo que tal vez igual íbamos con un poco de retraso. Lo que pasa es que hacer los subtítulos de toda la sección oficial en euskera es muchísimo dinero, puede costarnos más de 20.000 euros, y mucho tiempo y complicación. Estamos hablando de una sección oficial en la que prácticamente todo es premiere mundial o premiere europea y conseguir un link a tiempo que te permita subtitular en euskera, porque en castellano te la mandan ellos, es bastante complejo. Entre eso y el coste, nos habíamos retraído. A partir de este año las películas tendrán el subtítulo en castellano, en la copia de abajo tendrán en inglés, y los de euskera, como hace Sitges, estarán a ambos lados. Es un tema más simbólico que otra cosa. Yo no entiendo porque la gente se pone tan tensa con estos temas. Somos una comunidad autónoma que la Constitución española afirma y permite que tengamos dos lenguas oficiales: el euskera y el castellano. Ninguna va contra la otra. El euskera no hace nada contra el castellano ni el castellano contra euskera. Pueden convivir perfectamente.