El turismo, el comercio al por menor no alimentario, la automoción, el textil, los bienes de consumo duradero y las actividades de ocio y culturales son los sectores que más afectados se verán por la crisis del COVID-19, según el observatorio sectorial de la consultora Informa D&B.

De acuerdo con el estudio, las actividades asociadas al turismo se verán "especialmente penalizadas" por la contracción de la demanda, la cancelación de numerosos trayectos de transporte de viajeros, el cierre temporal de determinados establecimientos y la pérdida de la temporada de Semana Santa.

El comercio minorista, por su parte, experimentará el impacto negativo de la crisis en un doble sentido: la suspensión de la actividad decretada por el estado de alarma y la pérdida de poder adquisitivo de las familias por el desplome del empleo y la coyuntura económica, lo cual también afectará a los bienes de consumo duradero y al textil, entre otros sectores.

El automóvil se verá perjudicado por el déficit de materias primas disponibles y la paralización productiva, además de por la tendencia descendente de las ventas, que ya se habían desplomado un 8 % antes del estado de alarma.

Otros sectores que se verán afectados significativamente, aunque en menor medida, serán el de la construcción, que ya mostraba debilitamiento a principios de 2020, el sector financiero y el de la energía, que acusará el efecto del desplome de los precios del petróleo.