La economía de Alemania crece a la sombra del trabajo desprotegido frente a la pandemia

En el ministerio de Trabajo de la 'gran coalición' que dirige Angela Merkel han de sentirse señalados. Porque a las autoridades responsables de los controles de seguridad y de las medidas en tiempos de pandemia les han descubierto una incómoda realidad.

Tras las estimaciones de vuelta al crecimiento económico para este 2021 se esconde una insuficiente situación de control de las medidas de seguridad y anti-COVID-19 en el mundo laboral germano.

Los últimos cálculos del crecimiento económico de Alemania hablan de una recuperación para este año que llevará a la economía germana a expandirse un 3%.

Ese porcentaje es sensiblemente inferior al 4,4% que se preveía el pasado otoño antes de que volvieran a entrar en vigor las restricciones que aquí llaman "confinamiento". En Alemania, no hay toque de queda, pero las escuelas llevan cerradas desde mitad de diciembre y los comercios no esenciales están cerrados. La industria de la hostelería y del tiempo libre echó el cierre en noviembre.

Pese a esas restricciones, la economía de Alemania crecerá porque en el país de Angela Merkel se sigue trabajando. Muchos lo hacen a través de soluciones de teletrabajo. Pero éstos afortunados son una minoría. La gran mayoría de los trabajadores del país, hasta el 75% según un estudio que citaba en su edición de este miércoles del diario económico Handelsblatt, aún se desplazan para ir a trabajar.

Esta circunstancia, porque puede obligar a compartir espacios de trabajo, tomar el transporte público o dejar a los hijos en centros dedicados a los cuidados de menores como pueden ser guarderías con los actuales servicios mínimos, es fácilmente identificable con situaciones en las que se producen contagios de SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19.

En Alemania, los contagios van a la baja de un tiempo a esta parte, pero todavía se producen varios miles al día. Así, el Instituto Robert Koch (RKI), la agencia federal de prevención y control de enfermedades, registraba el martes 7.556 casos positivos de coronavirus. Esa cifra, aunque es bastante menos de la mitad de lo que el país ha presentado en lo peor de la segunda ola de contagios, todavía está por encima de los mayores niveles que se contaban en lo más alto de la primera ola de infecciones.

Se tiene asumido que el ámbito privado es el principal contexto en el que se producen las infecciones. Sin embargo, una reciente investigación presentada por la televisión pública ARD y la versión alemana del por portal Buzz Feed News, daba cuenta de lo muy desprotegidos que se deja a los empleados en Alemania cuando tienen que desplazarse para ir a aquellos centros de trabajo y oficinas que se mantienen abiertos.

La ARD y Buzz Feed News sacaban a la luz testimonios de empleados que, contra su voluntad, han estado trabajando durante meses en empresas donde no se lleva mascarilla, donde no hay cómo desinfectarse las manos y donde, entre otras cosas, no se respeta la distancia de seguridad.

En el caso de una empleada de una empresa de venta por correspondencia que citaban ambos medios, las autoridades acabaron haciendo saber al patrón que estaba incurriendo en "una violación del conjunto de las reglas anti-coronavirus", según cita la ARD documentos oficiales. Pero si, por lo visto, ya fue difícil que se supiera de ese caso –la empleada en cuestión no denunció los hechos, sino que lo hizo su marido–, el control de las condiciones de trabajo parecen casi un imposible.

En Alemania, "las condiciones de higiene en el trabajo son a menudo un desastre, hay espacios en los que no se respetan las medidas anti-coronavirus; el estado controla raras veces, y cuando hay controles luego no hay sanciones", dice a elDiario.es Bini Adamczak, iniciadora en Alemania de la iniciativa "Zero-Covid".

Ésta la impulsan científicos, investigadores e intelectuales que quieren ver reducir la incidencia del virus en Europa a cero - o un número cercano al cero - infecciones por 100.000 habitantes en los últimos siete días. Además, defienden ideas como un mayor uso del teletrabajo, que podría en Alemania llevarse a una horquilla que oscilase entre el 40% y el 51%, según señala Adamczak resultados de estudios de la Fundación Hans-Blöckler, una organización dedicada, entre otras cosas, a publicar estudios centrados en el mundo laboral.

Las recientes investigaciones de la ARD y Buzz Feed News parecen dar la razón a Adamczak. Ambos medios describen a unas autoridades de control de las condiciones laborales completamente desbordadas, con funcionarios responsables de escribir órdenes de control que acaban sin ser emitidas por la mera incapacidad de desarrollarlas. Según ARD y Buzz Feed News, hay controles que se hacen con hasta nueve meses de retraso.

Ni siquiera en las ciudades en las que se han reforzado las posibilidades de elaborar controles parece poder avanzarse. En Berlín, por ejemplo, con el equipo especial recién montado que permite realizar 80 inspecciones todas las semanas se tardaría un cuarto de siglo en realizar un control a cada uno de los 100.000 negocios que hay en la capital germana, según las cuentas de la ARD.

Desde la Fundación Hans-Blöckler han señalado que hasta en un 13% de las empresas hay quejas de empleados dado que no se toman medidas anti-coronavirus, según recogen ARD y Buzz Feed News. De ahí que en la ARD hablaran de "insuficiente seguridad laboral" y de trabajadores que se han quedado "abandonados en la pandemia".

En "Zero-Covid" consideran que esa soledad impuesta supone correr riesgos. Según Adamczak, en las condiciones en las que se trabaja en Alemania actualmente, hay "riesgo de infección, y hasta de morir, porque ya sabemos, por el ejemplo del Reino Unido, que son los trabajadores manuales y de fábricas cuyos empleos no se pueden digitalizar los que más se contagian".

El Ejecutivo de Merkel y el de los Länder alemanes se habían fijado, cuando comenzaron en diciembre las medidas más restrictivas contra el coronavirus, una incidencia de 50 nuevos casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días como límite bajo el cual se podría pensar en reabrir escuelas, comercios y ámbitos de la economía hoy cerrados.

Ante las nuevas variantes del coronavirus, temidas aquí por ser más infecciosas, Merkel y compañía hablan ahora de reaperturas más o menos generalizadas a partir de una "incidencia estable" de 35 nuevos casos por 100.000 habitantes en la última semana.

En este horizonte de relajaciones de las restricciones, Adamczak ve "un aumento de las posibilidades de infección" que se debe a intereses "políticos y económicos" cortoplacistas.

Entre tanto, la situación de las inspecciones de trabajo no tienen visos de poder mejorar, y el miedo se apodera de buena parte de la mano de obra germana. Hasta un 35% de los empleados temen sufrir una infección de coronavirus en el trabajo, según una encuesta del Instituto para las Ciencias Sociales y Económicas que citaba a principios de mes el Handelsblatt.