España y los países más golpeados por la crisis del coronavirus apremian a Bruselas para

Todos miran de reojo a Karlsruhe. Pero, mientras el Tribunal Constitucional alemán decide sobre la legalidad de la fórmula para emitir 800.000 millones de deuda comunitaria para financiar el fondo de recuperación, los Gobiernos de la UE y la propia Comisión Europea intentan hacer sus deberes en paralelo. No hay plan B.

Así, de aquí al 30 de abril, deberían enviarse todos los planes de recuperación nacionales a Bruselas. "Estamos terminando algunos flecos para aprobarlo lo antes posible y enviarlo a Bruselas", ha explicado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, tras la reunión del Eurogrupo y antes del comienzo del Ecofin de este viernes.

Calviño ha recordado que España ha incluido en sus presupuestos para el presente año 27.000 millones de fondos europeos, y que espera que empiece a fluir el dinero en la segunda mitad del año. Pero, para eso, la Comisión dispone de dos meses para evaluar los planes, además de otro mes para el Consejo (los Gobiernos), con lo que, si se apuraran los plazos, no hasta agosto, como poco, no habría dinero.

"Estoy segura de que esta tarde, en la reunión del Ecofin", ha afirmado Calviño, "va a haber bastantes Estados miembros que vamos a insistir en la urgencia y la necesidad de que se aprueben cuanto antes estos planes de recuperación, porque evidentemente necesitamos que este estímulo se inyecte dentro de nuestra economía lo antes posible y que cuanto antes consigamos dar un impulso que nos permita recuperar la caída de la inversión tanto pública como privada. No tenemos tiempo que perder para conseguir que estas inversiones lleguen a la economía real".

¿Y si el proceso sigue retrasándose por el Constitucional alemán? "Con respecto a si existe un plan B, nosotros estamos ya trabajando en un contexto en el que disponemos del marco presupuestario y de una previsión de emisión de deuda para desplegar el plan de recuperación desde 2021.Tenemos un marco financiero que nos permite desplegar este plan de recuperación sin tener que frenarlo dependiendo de la llegada de los fondos europeos. En cuanto al calendario y a las previsiones, la Comisión Europea da una muestra de su confianza en el momento en el que hace público el detalle de cómo va a abordar esa emisión de nueva deuda pública en la segunda parte del año".

En cuanto al debate sobre una imposición a las rentas más altas, como está proponiendo el FMI y la Administración de Joe Biden, la vicepresidenta económica ha insistido: "No es el momento de subir impuestos, como se ha demostrado en los Presupuestos Generales del Estado. Nuestra prioridad en este momento tiene que ser favorecer la creación de empleo, el crecimiento económico y una recuperación fuerte y sostenible".

"No existen discrepancias dentro del gobierno", asegura Calviño: "Todos coincidimos en tanto la hoja de ruta de reformas que tenemos que abordar conjuntamente con los agentes sociales, que han mostrado su disposición y una posición constructiva para abordar estas reformas para atajar los desequilibrios que venimos arrastrando desde hace décadas: la digitalización y el buen funcionamiento del SEPE, el desempleo juvenil, un nuevo marco laboral que nos permita una recuperación económica rica en creación de empleo de calidad, reducir la excesiva temporalidad, la excesiva tasa de paro estructural, el de la tasa de paro juvenil, la brecha de género..."

Según ha explicado Calviño, "tanto a nivel nacional como internacional, todos los organismos han venido señalando a España la necesidad de abordar reformas para reducir la excesiva temporalidad, la precariedad y la dualidad que se ha generado con el actual marco. Y eso pasa, entre otras medidas, por la simplificación de contratos".