La base de Taji, a unos 30 kilómetros al norte de Bagdad, volvió a ser este sábado objetivo de un ataque con cohetes, después de que el miércoles otra acción de este tipo acabase con la vida de tres soldados de la coalición internacional y de que EE.UU. respondiese con bombardeos.

Una fuente del Ejército iraquí con rango de coronel que pidió el anonimato informó a Efe de que entre 15 y 20 proyectiles tipo Katyusha impactaron dentro o en las inmediaciones de la base militar, un extremo que también ha confirmado la agencia estatal INA, sin ofrecer más detalles.

El pasado miércoles, dos militares estadounidenses y uno británico perecieron en un ataque con casi una veintena de cohetes contra las mismas instalaciones, donde está desplegado personal de la coalición internacional en tareas de entrenamiento y asesoramiento.

La madrugada del jueves al viernes, Estados Unidos respondió con bombardeos contra lo que identificó como posiciones de milicias iraquíes presuntamente apoyadas por Irán.

Sin embargo, según Irak, los bombardeos golpearon cinco puntos del país árabe en los que estaba desplegado el Ejército iraquí, la Policía de Babilonia (al sur de Bagdad) y las milicias progubernamentales con presunto respaldo de Teherán Multitud Popular.

Los ataques causaron cinco muertos en las filas militares y policiales iraquíes, además del fallecimiento de un civil, y varios heridos, según la versión de Bagdad, que consideró la acción como una violación a su soberanía.

El pasado 27 de diciembre, la muerte de un contratista estadounidense en un ataque similar acabó desencadenando una escalada de la tensión en la región.

En respuesta a esta muerte, Washington atacó posiciones de la milicia chií Kata'ib Hizbulá (KH) causando 25 muertos en sus filas, lo que desató la ira de simpatizantes y milicianos de esa minoría del islam que asaltaron la embajada estadounidense en Bagdad, hecho del que EE.UU. acusó a Irán.

El 3 de enero, Estados Unidos llevó a cabo un ataque en Bagdad que se cobró la vida del general iraní Qasem Soleimaní y del vicepresidente de las milicias de Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, lo que provocó uno de los picos de tensión más altos entre Washington y Teherán desde 1979.

Irán respondió días más tarde con ataques con misiles a dos bases militares iraquíes que albergaban tropas estadounidense.