Los rebeldes hutíes pidieron el sábado apoyo a las agencias de ayuda internacional para equipar hospitales y tomar medidas ante la llegada del coronavirus a Yemen, un país hundido en la guerra desde hace más de un lustro.

“Apelamos a las agencias de la ONU y de la Cruz Roja a asumir sus responsabilidades en lo relacionado con el equipamiento de hospitales y centros de cuarentena porque hoy afrontamos un desastre médico", indicó en rueda de prensa el ministro de Salud del Gobierno hutí, Tahaal Mutawakil.

“El mundo entero está completamente preparado y estas organizaciones hasta el momento sólo nos han hecho promesas", añadió haciendo responsable a la Organización Mundial de la Salud (OMS) del "completo equipamiento" de los hospitales.

El representante del Gobierno de los hutíes -que se alzaron contra el Gobierno internacionalmente reconocido de Abdo Rabu Mansur Hadi y tomaron Saná en 2014- afirmó que, por el momento, no se han registrado casos de la enfermedad en la parte del país que ellos controla (fundamentalmente el noroeste del país); en el resto de Yemen hay 16 contagios diagnosticados.

Añadió que han acondicionado 18 hospitales en 11 provincias para manejar casos del COVID-19, pero existe una aguda falta de equipos de protección personal, vestimenta y de otros tipos.

Los hutíes anunciaron la semana pasada la suspensión de los vuelos humanitarios desde el aeropuerto de Saná, el único que opera en el territorio que controla y al que Arabia Saudí -que domina el espacio aéreo de Yemen y apoya a Hadi- sólo permite el acceso de Naciones Unidas.

Además, los rebeldes han cerrado carreteras para evitar los desplazamientos hacia provincias controladas por el Gobierno de Hadi, han suspendido las clases y prohibido concentraciones de personas en bodas y funerales.

El país carece de una red sanitaria capaz de hacer frente a una posible propagación del virus. Sólo cerca de la mitad de los casi 30 millones de yemeníes tienen acceso al sistema de salud y menos de un 45 % pueden llegar a hospitales que funcionen.