El coronavirus ha trastocado los servicios de inmunización de todo el mundo, lo que ha puesto en riesgo de contraer enfermedades como difteria, polio o sarampión a millones de niños. Según datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud, Unicef y la Alianza para la Vacunación GAVI, 68 países han visto afectados sus rutinas de vacunas, lo que afecta aproximadamente 80 millones de niños de menos de un año.

Desde marzo, más de la mitad de los 129 países que reportan información sobre estos programas han tenido que interrumpir de manera parcial o total la vacunación de estos menores durante los meses de marzo y abril.

Entre las razones que dan está el miedo de los padres a salir de casa y la falta de información, que muchos trabajadores sanitarios no pueden acudir a su puesto por las restricciones de movilidad, la redistribución de las tareas para responder a la pandemia y la falta de equipos de protección para el personal.

Estas organizaciones destacan que desde que se pusieron en marcha los programas ampliados de inmunización (EPI por sus siglas en inglés) en la década de los 70, estos datos "no tienen precedentes". El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha explicado que la inmunización "es una de las herramientas de prevención más poderosas y fundamentales en la historia de la salud pública", y que "la interrupción de los programas de inmunización por la pandemia de COVID-19 amenaza con desenrollar décadas de progreso contra las enfermedades prevenibles por vacunación como el sarampión".

El pasado mes de abril, la OMS ya alertó de este impacto. El máximo responsable de la organización explicó que aunque los menores tengan un riesgo relativamente más bajo de morir por COVID-19, "pueden estar en peligro de hacerlo por otras enfermedades, que podrían prevenirse con vacunas".

Ahora, Unicef ha alertado además de un retraso "considerable" en la distribución de las vacunas por las medidas de confinamiento, el cierre de fronteras y la disminución de vuelos comerciales. El organismo ha hecho un llamamiento a los gobiernos, el sector privado, y las aerolíneas, entre otros, para que liberen espacio de carga a un coste asequible para que puedan transportar estas vacunas "que salvan vidas". La Gavi ha llegado a un acuerdo con Unicef para proporcionar fondos anticipados que cubran el sobrecoste en el envío de las vacunas.

Infraestructura global para la vacuna de la COVID-19

El próximo 4 de junio, líderes mundiales se reunirán en la Cumbre Mundial de Vacunas, en Londres, para mantener estos programas y mitigar el impacto de la pandemia en los países con menos recursos. "Los donantes se comprometerán a apoyar la Alianza para sostener y acelerar este trabajo que salva vidas en algunos de los países más vulnerables", ha explicado el director general de la OMS. "Desde lo más profundo de mi corazón, insto a los donantes a financiar totalmente la Alianza: estos países, y especialmente estos niños, necesitan las vacunas y necesitan a la Gavi".

"Cada vez más niños en más países están ahora mismo protegidos contra más enfermedades prevenibles con vacunas que en ningún momento de nuestra historia", ha asegurado el doctor Seth Berkley, director ejecutivo de la Gavi. "Por la pandemia de coronavirus, el inmenso progreso está amenazado. Mantener los programas de inmunidad no solo previene otros brotes, también asegura tener la infraestructura necesaria para una eventual vacunación frente al coronavirus a escala mundial".

Muchos países han suspendido temporalmente las campañas preventivas de vacunación masiva contra enfermedades como el cólera, el sarampión, la meningitis, la poliomielitis, el tétanos, la fiebre tifoidea y la fiebre amarilla, debido al riesgo de transmisión y la necesidad de mantener el distanciamiento físico durante las primeras etapas de la pandemia. Concretamente, las campañas contra el sarampión y la poliomielitis se han suspendido en 27 y 38 países, respectivamente.

Al menos 24 millones de personas en 21 países con bajos ingresos apoyados por la  Gavi corren el riesgo de no recibir vacunas contra la poliomielitis, el sarampión, la fiebre tifoidea, la fiebre amarilla, el cólera, el HPV, la meningitis A y la rubéola debido a las campañas pospuestas y la introducción de nuevas vacunas.

Suspensión temporal de las campañas de vacunas

Ya a fines de marzo, preocupados de que las aglomeraciones masivas para campañas de vacunación aumentaran la transmisión de COVID-19, la OMS recomendó a los países suspender temporalmente estas campañas preventivas mientras se evaluaba el riesgo y se establecían medidas efectivas para reducir la transmisión del virus.

Desde entonces, la OMS ha monitorizado la situación y ahora ha emitido consejos para ayudar a los países a determinar cómo y cuándo reanudar las campañas de vacunación. La guía señala que los países necesitarán realizar evaluaciones de riesgo específicas basadas en la dinámica local de la transmisión de la COVID-19, las capacidades del sistema de salud y el beneficio de salud pública de llevar a cabo campañas de vacunación preventivas y de respuesta a brotes.

Sobre la base de esta guía, y siguiendo las crecientes preocupaciones sobre el aumento de la transmisión de la poliomielitis, la Iniciativa Mundial de Erradicación de la Polio (GPEI, por sus siglas en inglés), aconseja a los países que comiencen a planificar la reanudación segura de las campañas de vacunación contra la poliomielitis, especialmente en los países que enfrentan un mayor riesgo.

A pesar de estos desafíos, las organizaciones han detectado que varios países están haciendo esfuerzos especiales para continuar con la inmunización. Uganda se ha asegurado de que los servicios de inmunización continúen junto con otros servicios de salud esenciales, incluso financiando el transporte para garantizar actividades de divulgación. Y en Laos, a pesar del confinamiento nacional impuesto en marzo, estos programas han continuado garantizando la distancia de seguridad entre las personas.

La OMS ya ha anunciado que la semana que viene publicará un nuevo protocolo para continuar con los servicios de inmunización de los países y garantizar la seguridad en el proceso.