Bolsonaro bate su propio récord: 2020 fue el año con mayor aprobación de pesticidas de la historia de Brasil

El Gobierno del presidente Jair Bolsonaro ha batido su propio récord. 2020 es el año con el mayor número de aprobaciones de pesticidas en la historia de Brasil. A mediados de enero, el Ministerio de Agricultura brasileño publicó en el boletín oficial el registro de 88 plaguicidas y productos técnicos aprobados a finales de diciembre.

El segundo año de mandato de Bolsonaro terminó así con 493 nuevos pesticidas, 19 más que en 2019, año que, hasta ahora, contaba con la cifra más elevada.

Casi un tercio de los más de 3.000 productos agroquímicos vendidos en Brasil obtuvieron el registro durante los dos años de Gobierno de Bolsonaro. Desde que Tereza Cristina –exlíder de la "bancada ruralista" [el grupo de parlamentario que defiende los intereses de los grandes propietarios de tierras] en el Congreso Nacional– asumió el Ministerio de Agricultura, se han aprobado 967 pesticidas.

La pandemia de COVID-19 no ha frenado el trabajo de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el Ministerio de Agricultura y el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), organismos reguladores encargados de evaluar los productos antes de que salgan al mercado brasileño.

En 2020, se lanzaron una media de 10 productos pesticidas por semana, el 90% de las aprobaciones de estos se produjeron tras el inicio de la pandemia.

La gran mayoría de los registros otorgados el año pasado fueron para genéricos, pesticidas que ya se habían lanzado al mercado pero que ahora podían ser comercializados por más empresas. Cinco ingredientes activos son nuevos: dinotefuram, piroxasulfona, tolfenpyrad, tiencarbazona y fenpyazamina. Serán utilizados para la elaboración de 13 nuevos plaguicidas.

Además del elevado número de aprobaciones, también hay una gran cantidad de solicitudes de nuevos registros. En 12 meses, el Ministerio de Agricultura recibió 835 solicitudes de evaluación de pesticidas. En 2019, fueron 913. No hay datos sobre el número de solicitudes en años anteriores.

Estas solicitudes son el primer paso en el proceso de evaluación de un pesticida. Posteriormente, el Ministerio de Agricultura evalúa si el producto es eficaz para la plaga y el cultivo en cuestión, la Anvisa analiza los riesgos para la salud humana y el Ibama, para el medio ambiente.

Los comunicados publicados en el boletín oficial el 14 de enero fueron los últimos aprobados en 2020. Según el Ministerio de Agricultura, hubo un retraso involuntario en las publicaciones debido al período de vacaciones.

Un decreto publicado por el Gobierno en febrero del año pasado pretendía acelerar el proceso de aprobación, mediante la "aprobación tácita". De acuerdo con la norma del Ministerio de Agricultura, una vez finalizado el análisis técnico realizado por ellos, el Ibama y la Anvisa, el proceso de registro debería completarse en un plazo de 60 días. Si se excede el plazo, el pesticida se lanzaría automáticamente.

Partidos de la oposición acudieron al Tribunal Supremo Federal (STF) para solicitar la derogación de la ordenanza, con el argumento de que la medida supondría riesgos para la salud de la población. El STF estuvo de acuerdo y revocó esta norma en junio.

La Anvisa asegura que los récords anuales de aprobaciones que viene batiendo el Gobierno de Bolsonaro se deben al "flujo de demanda contenida". La agencia reguladora dice que ha tomado acciones encaminadas a organizar los procesos de trabajo, analizar líneas e incorporar recursos tecnológicos para agilizar y hacer más eficiente el proceso de evaluación. "Muchos de estos procesos ya habían sido analizados por el Ibama y por el Ministerio de Agricultura, y solo estaban esperando el resultado de la Anvisa para poder publicar el registro”, dice en una nota.

El organismo regulador también afirma que las aprobaciones no significan un mayor consumo de pesticidas, sino "mayor competencia y reducción de precios para los productores rurales". Para la agencia, no debería haber más consumo "porque estos productos son de venta restringida, previa recomendación de un profesional cualificado, a través de la prescripción agronómica”.

Sin embargo, una serie de reportajes de Agência Pública y Repórter Brasil han informado del uso irregular de pesticidas en Brasil, donde los productos se utilizan incluso en casos de homicidios y violencia doméstica.

El Ministerio de Agricultura señala que el aumento de solicitudes y aprobaciones de productos de bajo impacto fue significativo para el récord de 2020. Señala que un tercio de los productos registrados en el último año utilizan extractos biológicos, microbiológicos, de plantas y otros principios activos sostenibles.

"Esta cifra es más del doble que la registrada en 2019 y es 20 veces mayor que hace diez años. Es una demostración de que el mercado de pesticidas sostenibles –incluidos algunos aprobados para agricultura ecológica– ha ido creciendo y muestra una tendencia creciente en la adopción de biotecnologías sostenibles para el control de plagas", dice el Ministerio en un comunicado.

La Campaña Permanente contra los Plaguicidas y por la Vida destaca las aprobaciones de pesticidas genéricos, los cuales son populares y muy vendidos en Brasil, como la Atrazina, prohibida en la Unión Europea, y el Glifosato, que está en proceso de ser prohibido en varios países del mundo, como Alemania, donde se encuentra la empresa que lo produce, Bayer/Monsanto.

"Podemos calificar estos dos años de Gobierno de Bolsonaro como una tragedia anunciada. Tragedia porque liberó la mayor cantidad de plaguicidas de la historia, colocando una gran cantidad de estos productos en el mercado y provocando una mayor exposición de la población. Estos productos, a diferencia de la publicidad, son viejos conocidos que han demostrado causar graves daños a la salud. Aproximadamente un tercio de los pesticidas no están permitidos en la UE", dice el portavoz de la ONG, Alan Tygel.

Un reportaje de Agência Pública y Repórter Brasil reveló que Brasil y otros países en desarrollo son los principales destinos de plaguicidas altamente peligrosos prohibidos en la Unión Europea.

Traducido por Humanidad y Medio