La UEFA prohíbe iluminar el estadio con la bandera LGTB en el partido de Alemania contra Hungría

La UEFA ha prohibido oficialmente que se ilumine el estadio de Múnich durante el partido entre Alemania y Hungría con los colores de la bandera LGBT. En un comunicado oficial han afirmado que "el racismo, la homofobia, el machismo y otras formas de discriminación son una mancha en nuestras sociedades y representan uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos a día de hoy en el terreno de juego" y también han reconocido que "los comportamientos discriminatorios han ensuciado tanto los partidos como las conversaciones online con respecto al deporte".

Sin embargo, defienden que la UEFA debe mantenerse como "una organización neutral a nivel político y religioso" y que "dado el contexto político de esta decisión" —responder a una legislación tomada por el parlamento húngaro que prohíbe hablar de homosexualidad en los colegios—, la organización ha decidido negarse a esta petición. Para compensarlo, la UEFA le ha propuesto a la ciudad de Múnich iluminar el estado con la bandera arco iris el 28 de junio, Día internacional del Orgullo LGBT, o la semana del 3 al 9 de junio, para evitar conflictos con la delegación húngara.

La decisión política a la que pretendía responder esta iniciativa es la aprobación de la nueva ley que prohíbe hablar de homosexualidad en colegios en Hungría. Esta polémica medida se encuadra en un proyecto de ley contra la pedofilia, en la que se prohíbe también exponer a menores de 18 años a pornografía y a cualquier contenido que fomente el cambio de género y la homosexualidad.

Este nuevo ataque a la comunidad LGBT se suma a una larga lista de afrontas realizadas por parte del presidente ultraconservador Viktor Orban, como las decisiones de prohibir la adopción a personas del mismo sexo y prohibir el cambio de sexo en los registros oficiales a las personas trans.

En solidaridad con las personas LGBT húngaras, el alcalde de Múnich, Dieter Reiter, propuso iluminar el estadio con los colores del arco iris durante el partido de Alemania y Hungría, pero finalmente esta petición ha sido denegada por considerarla un uso político de la competición. Como respuesta, el Ayuntamiento ha sacado un comunicado en el que afirma que "Múnich está comprometido con la diversidad, la tolerancia y la igualdad real tanto en el deporte como en la sociedad" y ha afirmado que "como símbolo de solidaridad con la comunidad LGBTI húngara pondrán banderas LGBT en edificios oficiales en el día del partido".

El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, afirmó que era "extremadamente dañino y peligroso mezclar deporte con política" y que "la experiencia histórica muestra que es malo, si alguien lo sabe a ciencia cierta son los alemanes".

Esta polémica decisión por parte de la UEFA se suma a la reciente investigación que llevó a cabo para determinar si el portero y capitán del equipo alemán, Manuel Neuer, debía ser sancionado por jugar con un brazalete con los colores de la bandera LGBT. Finalmente, se consideró que este no infringía las normas que prohíben promover mensajes políticos en el terreno de juego, ya que este "promovía una buena causa, la diversidad" y por lo tanto no habrá un procedimiento disciplinario.