Bruselas descarta que sus fondos se hayan desviado a Hamás y avala la ejecución del 88% de la ayuda a Palestina

El ataque de Hamás a Israel tuvo una derivada en forma de crisis interna en el seno de la Comisión Europea después de que el comisario húngaro, Oliver Varhelyi, anunciara la suspensión de la ayuda al desarrollo a Palestina, que tiene a la UE como su principal benefactor. El gobierno comunitario le corrigió y descartó la paralización de los fondos, pero anunció una revisión de los proyectos para reasegurarse de que no acaban en manos de Hamás. Una vez realizada la evaluación, Bruselas concluye que no se han desviado fondos y ha dado el visto bueno al 88% de los 331 millones de euros invertidos en los 190 contratos analizados.

 

"La revisión no ha encontrado indicios de que los fondos hayan financiado de forma directa o indirecta" el terrorismo, ha señalado el vicepresidente de la Comisión Europea, Vladis Dombrovkis, que ha asegurado que "los pagos van a seguir sin ningún tipo de retraso".

No obstante, siete programas valorados en 75 millones de euros se consideran inviables en este momento debido a la guerra en la Franja de Gaza. En concreto, se trata de “proyectos energéticos” cuyas “infraestructuras han sido dañadas” por los bombardeos israelíes o que no se pueden construir por el actual entorno bélico, según explican fuentes comunitarias: “No será posible ejecutar esos programas tal y como estaba previsto y, por lo tanto, ya no son viables. Son programas futuros que no se llevarán a cabo”. Dombrovkis ha explicado que se "reasignarán" a otros proyectos en la Franja de Gaza.

En el caso del 12% restante (unos 39 millones de euros), la Comisión Europea ha pedido “clarificaciones sobre el respeto de las obligaciones contractuales” a los “socios” que se encargan de implementar los proyectos y a las organizaciones de la sociedad civil (ONG), según esas mismas fuentes, que explican que, en la gran mayoría de los casos, “no hay presunción de que haya incumplimientos de contrato” en esos casos que también parecen a priori inviables, pero quieren cerciorarse de que se han aplicado todos los controles. 

Sí hay dos casos en los que “se han realizando específicas alegaciones de incumplimientos de contratos” relacionados con el enaltecimiento del terrorismo y el discurso de odio. La Comisión Europea evita dar detalles sobre esos dos proyectos que cuentan con una financiación de ocho millones de euros, es decir, apenas un 2,4% del total evaluado. 

De confirmarse que se ha producido un enaltecimiento del terrorismo o discurso de odio contra los judíos con esa financiación, se habría incumplido el contrato dado que los beneficiarios del dinero firman una declaración específica en la que se comprometen a no tener ese tipo de actitudes, señala un alto funcionario europeo, que apunta, no obstante, a que las conclusiones tendrán que basarse en pruebas, también con vistas a que se judicialice el asunto. 

Con el análisis de los proyectos, que se ha dilatado durante más de un mes, la Comisión Europea retoma la financiación al desarrollo a Palestina, que había quedado en suspenso. No obstante, lo que sostienen es que no se ha producido ningún retraso en los pagos dado que en este tiempo no había ninguno previsto.