El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, recibió hoy en Roma al mariscal Jalifa Hafter, el hombre fuerte del este de Libia, para analizar la situación del país magrebí en plena escalada bélica para conquistar la capital, Tripoli.

El encuentro con Hafter tuvo lugar en la sede del Gobierno italiano, el palacio Chigi, y duró aproximadamente tres horas, pero su contenido es "extremadamente reservado", explicaron a Efe fuentes del Ejecutivo.

En un primer momento se anunció que Conte recibiría esta tarde a la otra parte del conflicto, el líder del Gobierno reconocido por la ONU en Trípoli, Fayez al Sarraj, a su regreso de Bruselas tras reunirse con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Sin embargo el encuentro finalmente fue suspendido, confirmaron las mismas fuentes. Medios como "Il Corriere della Sera" apuntan a que Serraj habría expresado su malestar por la presencia de Hafter en Roma y había anulado por esa razón su reunión con Conte.

No tardó en llegar la crítica del líder de la ultraderechista Liga y exministro del Interior, Matteo Salvini, que calificó a Conte como un "incapaz peligroso" y "principiante".

"Por una simple cuestión de protocolo, incluso anterior a la política, primero se recibe el jefe de un Gobierno reconocido y después a un general", indicó Salvini en sus redes sociales.

La reunión de Conte con Hafter se produce mientras este dirige una ofensiva para conquistar la ciudad costera libia de Sirte, considerada clave para la seguridad de la ciudad-estado de Misrata y enclave fundamental para la conquista de Tripoli y la toma del país.

El ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, ha defendido como una verdadera "prioridad" para Italia la estabilidad de Libia, sumida en el caos y en la guerra desde la caída del dictador Muamar al Gadafi, en 2011.

Italia mantiene inmensos intereses políticos, económicos y estratégicos en este país norteafricano, a veces contrapuestos a los de otra potencia europea, Francia.

Por ejemplo, desde sus descontroladas costas zarpa la inmensa mayoría de los inmigrantes que ponen rumbo hacia Italia.

Por otro lado, la petrolera italiana ENI, participada por el Estado, opera en Libia desde 1959 y su producción en 2018 fue de 302.000 barriles de petroleo cada día.

Italia además mantiene una misión militar en apoyo al Gobierno de Trípoli desde enero de 2018 y el Estado Mayor de la Defensa aseguró este miércoles su continuidad, después de que algunos medios hayan informado sobre una posible retirada italiana.