Narendra Modi y Jair Bolsonaro. El primer ministro indio y el presidente brasileño, dos exponentes del populismo de derechas que promueven un conservadurismo social al mismo tiempo que una liberalización económica, se dan cita en Nueva Delhi, donde darán muestra por todo lo alto de su buena sintonía.

Bolsonaro llega este viernes a la India como invitado estrella del 71 Día de la República india que se celebrará el 26 de enero, fecha en la que como cada año se conmemora la aprobación de su Constitución, y ambos líderes estarán en el blanco de todas las miradas por sus semejanzas.

Criticado por sus declaraciones racistas y homófobas, el ultraderechista ocupará un puesto de honor junto a Modi en la tradicional muestra de músculo militar que supone el punto álgido del Día de la República, en el marco de una visita oficial de cuatro días en la que estará acompañado por siete ministros.

POPULISMO DE DERECHAS CONTRA LA ÉLITE

Bolsonaro ha sido denominado como el "Trump tropical", en honor al cáustico estilo del presidente estadounidense, y comparte con Modi su imagen de líder popular enfrentado a las élites del país.

El presidente brasileño consiguió satisfacer el creciente cinismo de los brasileños ante los partidos políticos tradicionales con su retórica contra la élite e imagen militarista, explicó a Efe el analista Niranjan Sahoo, del centro Observer Research Foundation (ORF, en inglés).

Modi, de origen humilde, experimentó una ascensión comparable antes de su victoria en las elecciones generales de 2014, que repitió con una holgada mayoría el año pasado.

Según el analista, "sus antecedentes son muy similares, porque en aquel momento la clase media y la población urbana de la India estaban muy frustradas" con el Gobierno precedente, marcado por escándalos de corrupción.

Ambos líderes buscan proyectar una imagen de hombres fuertes y capaces de tomar decisiones, y cultivan un nacionalismo que mira al pasado de sus respectivas naciones en busca de inspiración.

UN LIDERAZGO DIVISIVO

"Modi ha jugado la carta de la religión donde Bolsonaro jugó la carta racial", sintetizó Sahoo.

El presidente Bolsonaro ha convertido en enemigo público al mundo indígena y ha prometido, entre otras cosas, que no delimitará nuevas reservas para los indios y que autorizará las explotaciones mineras y agrícolas en sus tierras.

Desde su llegada al poder se han multiplicado las voces que acusan a Bolsonaro de genocidio contra los pueblos originarios del país y habitantes de la Amazonía, la última de ellas con la firma de una carta por parte de 45 líderes de etnias indígenas la pasada semana.

El nacionalista hindú Modi mantiene también un amplio historial de acusaciones por discriminar a la minoría musulmana de la India, compuesta por unos 200 millones de personas.

Desde que llegó al poder los ataques contra los miembros de esta religión se han multiplicado, en especial los llevados a cabo por los autodenominados defensores de las vacas que buscan evitar el consumo de estos animales, considerados sagrados en la India, organizando en ocasiones linchamientos.

Modi se enfrenta desde hace semanas a una ola de protestas, en las que han muerto al menos 25 personas, por una enmienda legal aprobada recientemente que busca dar la ciudadanía a inmigrantes de países vecinos pero excluye a los musulmanes.

EL PAPEL DE LA COMUNICACIÓN

"Tienes terrible cara de homosexual, y no te acuso de serlo por ello, aunque no es un crimen ser homosexual", espetó Bolsonaro a un reportero brasileño el pasado 20 de diciembre, tan solo un ejemplo de las perlas de un líder acostumbrado a la polémica.

Modi, uno de los líderes políticos más seguidos del mundo en las redes sociales, mantiene un estilo de comunicación más prudente y sus esfuerzos se centran en conectar de tú a tú con su electorado.

Pero el primer ministro indio no tiene problemas en soltarse la melena según el público que tenga delante. El pasado diciembre afirmó que los manifestantes violentos podían ser "reconocidos por sus ropas", en lo que algunos interpretaron como una referencia a los musulmanes.

Más allá del aura de polémica que acompaña a Bolsonaro o de la buena relación entre dos líderes, en la política internacional puede más el pragmatismo, en opinión del exdiplomático indio Rajiv Dogra.

"No se puede ignorar al líder de una economía importante en América del Sur, quizá la más importante, solo porque ha hablado de algo", sintetizó Dogra a Efe.

David Asta Alares