Las protestas contra la violencia policial racista cobraron fuerza este martes en distintas ciudades de Estados Unidos, nutridas por la indignación de cientos de personas ante la amenaza de militarización del presidente Donald Trump y las tácticas usadas para despejar a los manifestantes.
Una multitud mucho mayor que la del lunes, con miles de personas, se congregó por la tarde en el centro de Washington, mientras los manifestantes inundaban también las calles de Nueva York, Los Ángeles y Houston en el octavo día de protestas por el homicidio de George Floyd a manos de un policía blanco.
"No tienen vergüenza, en la Casa Blanca hay un racista", coreó un grupo situado en la primera línea de la protesta en Washington, según constató Efe.
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