En los primeros compases de las últimas protestas del campo, la ex ministra francesa de Ecología y Desarrollo Sostenible, la socialista Ségolène Royal, puso los tomates ecológicos españoles en la picota. "¿Habéis probado alguna vez los tomates bio españoles? Son incomibles", aseguró en un programa de televisión. Unas palabras que derivaron en una pequeña crisis diplomática, con respuestas del presidente del Gobierno Pedro Sánchez y del ministro de Agricultura, Luis Planas, defendiendo la calidad de nuestros tomates.
Hasta ese momento, la agricultura ecológica no había estado casi nunca en el foco político.