Back to Top

Muere Mario Vargas Llosa, último gran exponente del 'boom latinoamericano'
No habrá ninguna ceremonia pública de despedida y sus restos serán cremados.

La muerte del escritor conlleva decir adiós al último gran exponente del 'boom latinoamericano' en el que se enmarcaron otras figuras de renombre como el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el mexicano Carlos Fuentes. Los textos del autor se caracterizaron por la importancia de la experimentación técnica, además de haber combinado tragedia, humor y amor. A excepción de libros como La guerra del fin del mundo, la mayoría de su ficción ha estado bastada en la reconstrucción de vivencias colectivas e íntimas de Perú.

A lo largo de su carrera, Vargas Llosa recibió numerosas distinciones que han puesto en valor su obra. Entre ellas, el Premio Nobel de Literatura en 2010, el Premio Biblioteca Breve en 1963 por La ciudad y los perros, el Premio Rómulo Gallegos por La casa verde en 1967 –por el que también fue condecorado con el Premio Nacional de Novela del Perú–, el Premio Cervantes en 1994, el Premio Príncipe de Asturias en 1986, el Premio de la Paz de los Libreros de Alemania otorgado en la Feria del Libro de Fráncfort en 1997 y el Premio Planeta por Lituma en los Andes en 1993. Vargas Llosa es igualmente miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1977 y de la Española desde 1994.

Perú, Bolivia y España

El autor de otros títulos como Conversación en La Catedral (1969) y La fiesta del Chivo (2000) nació en Arequipa (Perú) en 1936. Pasó un único año antes de que se mudara a Cochabamba (Bolivia) después de que su abuelo paterno, Pedro Llosa, fuera nombrado cónsul en la citada ciudad. Allí permaneció hasta 1945. Después se trasladó de nuevo a Perú, en concreto a Piura, donde conoció con diez años a su padre, al que hasta entonces creía muerto, pues ni su progenitora ni el resto de la familia habían querido revelarle que se habían separado unos meses antes de su nacimiento. Este encuentro fue clave para despertar su vocación de escritor y evocó el primer capítulo de sus memorias, El pez en el agua, que publicaría en 1993.

Su experiencia en el colegio militar Leoncio Prado de Lima, en el que entró en 1950 le llevó a conocer la obra de figuras clásicas como Víctor Hugo y Alejandro Dumas; y fue igualmente el escenario de su primera novela, La ciudad y los perros. En el centro conoció al poeta César Moro, sobre quien reconoció más adelante que había sido inquebrantable ante las burlas de sus compañeros de clase. Su debut como autor ocurrió en su regreso a Piura, donde en 1952 estrenó la obra de teatro La huida del inca, con la que se alzó con el premio del III Concurso de Teatro Escolar y Radioteatro Infantil convocado por el Ministerio de Educación Pública.

Evolución política

Una vez concluyó el colegio se trasladó en 1953 a Lima para estudiar Letras y Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En ella se unió al grupo Cahuide, nombre con el que se mantenía vivo el Partido Comunista Peruano, entonces perseguido por el gobierno de Odría, contra el que Vargas Llosa se opuso a través de los órganos universitarios y en protestas en plazas. Sin embargo, a partir de los ochenta se adscribió al liberalismo. De hecho, en 1990 llegó a ser candidato a la presidencia de Perú por la coalición política de centroderecha Frente Democrático; aunque perdió en segunda vuelta frente al líder de Cambio 90, Alberto Fujimori.

Bases para una interpretación de Rubén Darío fue el título de su tesis y El abuelo su primer cuento publicado, en el suplemento El Dominical del diario El Comercio, incluido en su libro Los Jefes. Con otro relato, El Desafío, ganó un certamen de la revista Revue Française, que le permitió viajar a París por primera vez en 1959. Su buen hacer en la universidad posibilitó que recibiera la beca Javier Prado para continuar sus cursos de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de viajar a España recorrió la amazonia peruana, una experiencia que posteriormente le valió para ambientar tres de sus novelas, La casa verde, Pantaleón y las visitadoras y El hablador en esta zona. La primera tomó como protagonista a Bonifacia, una chica que es expulsada de un convento y que acaba transformándose en 'la selvática', la prostituta más conocida del burdel que da título al volumen.

Una vez concluyó su beca en Madrid, se mudó a Francia pensando que obtendría otra beca para formarse allí, pero ya en París se enteró de que la petición le había sido denegada. Pese a su complicada situación financiera, se quedó en la ciudad. Fue en la capital francesa donde Vargas Llosa comenzó a escribir de forma prolífica. Allí culminó su primera novela, La ciudad de los perros. El hispanista Claude Couffon le puso en contacto con Carlos Barral, director editorial de la editorial Seix Barral. El título se alzó con el Premio Biblioteca Breve en 1962 y se publicó al año siguiente.

De vuelta a la Universidad Complutense de Madrid, obtuvo el Doctorado en Filosofía y Letras con calificación cum laude por su tesis García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa; y en 1976 ejerció de jurado del Festival de Cannes.

Historia de Mayta, La fiesta del chivo y Lituma en los Andes forman parte de sus títulos vertebrados eminentemente por la política. La publicación en 1973 de Pantaleón y las visitadoras supuso el inicio de una fase de su literatura que estuvo marcada por su actitud cuestionadora de los grandes problemas de la sociedad latinoamericana moderna y del arte narrativo con el que intenta representarlas. También abordó temas más centrados en experiencias privadas como La tía Julia y el escribidor, así como títulos de novela policíaca como ¿Quién mató a Palomino Molero? y erótica como Elogio de la madrastra.

Tras un periodo más centrado en la política, Vargas Llosa retomó una actividad más exhaustiva en la literatura, publicando títulos como El pez en el agua (1993), Lituma en los Andes (1993), Los cuadernos de Don Rigoberto (1997), El paraíso en la otra esquina (2003), Travesuras de la niña mala (2006), El sueño del celta (2010), El héroe discreto (2013), Cinco esquinas (2016) y Tiempos recios (2019).

Una obra prolífica, premiada

Vargas Llosa fue obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2010, cuyo comité destacó “su cartografía de las estructuras de poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la revuelta y la derrota individual”. Al recoger la condecoración, la Academia Sueca le definió como “un ciudadano de mundo, un poeta y un historiador, heredero de la tradición de los grandes clásicos literarios del siglo pasado”.

En su discurso, que tituló Elogio de la lectura y la ficción, el escritor subrayó el papel de la lectura y los libros en su vida, desde que aprendió a leer con cinco años en Bolivia. “Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”, subrayó. También censuró las democracias “populistas y payasas”; y rindió homenaje a sus grandes maestros del mundo de la literatura, entre los que citó a Gustave Flaubert, William Faulkner, Miguel de Cervantes, Charles Dickens y Lev Tolstoi.

Una vida atravesada por la política

Vargas Llosa, que intentó ser presidente de Perú, pasó de defender el comunismo al neoliberalismo. En 1967, abogó por “que América Latina ingrese de una vez por todas en la dignidad y en la vida moderna, que el socialismo nos libere de nuestro anacronismo y nuestro horror”. Ese mismo año se desencantó con la revolución cubana después de que encarcelasen al poeta Herberto Padilla y exigió, junto a otros autores, su liberación.

Su carrera política comenzó en la década de 1980, cuando se sumó al movimiento Libertad, que integró a los dos partidos de la derecha tradicional peruana: Acción Popular y el Partido Popular Cristiano. Con esa coalición electoral, el Frente Democrático, emprendió en 1988 su carrera hacia la Presidencia de Perú, que perdió frente a Alberto Fujimori. El escritor obtuvo en 1993 la nacionalidad española para, en sus propias palabras, evitar “ser un paria”, después de que Fujimori amenazara con quitarle la peruana al convertirse en su crítico más afilado. Treinta años después, en 2021, pidió el voto para la heredera política de Alberto Fujimori, Keiko Fujimori.

Vargas Llosa también apoyó a candidatos como Mauricio Macri y Javier Milei en Argentina, Carlos Mesa en Bolivia, José Antonio Kast en Chile, Rodolfo Hernández en Colombia y Jair Bolsonaro en Brasil. En los últimos años mostró sintonía por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de la que dijo que “ha puesto orden en lo que era un verdadero caos”.

Cron Job Starts