Decenas de indígenas de la etnia Guarani Mbya cumplieron este martes una decisión judicial y desocuparon un terreno privado que habían invadido en las cercanías de la Tierra Indígena de Jaraguá, en Sao Paulo, para proteger los bosques de la región ante el avance de las constructoras.
La Policía Militarizada llegó a primera hora de este martes al terreno para cumplir el fallo de la Justicia, dictaminado por un tribunal del estado de Sao Paulo el pasado 4 de febrero, lo que movilizó a activistas, políticos y líderes indígenas de otras etnias.
Tras varias horas de tensas negociaciones, los indígenas acordaron abandonar el lugar con la condición de que la Policía también lo hiciera, explicó a Efe la abogada de la Comisión Guarani, Gabriela Pires.
"El mandato de desalojo se refiere a la parte interna del terreno, por lo que la ocupación va a continuar en la parte externa. Por su parte, la Policía Militarizada acordó retirar todo su efectivo", señaló la letrada.
Pese a la salida de los indígenas, el caso continúa en la Justicia Federal, que ha determinado la suspensión de todas las actividades hasta el próximo 6 de mayo por parte de la constructora Tenda, dueña del terreno y que pretende erigir en el local un complejo de viviendas populares.
En mayo, será celebrada una nueva audiencia, en la que participarán también organismos como la Fundación Nacional del Indio (Funai) y el Instituto Brasileño de Medioambiente (Ibama).
La ocupación llevada a cabo por una parte de los cerca de 800 indígenas que viven en la Tierra Indígena de Jaraguá comenzó el pasado 30 de enero después de que la constructora Tenda derribara "un 80 % del área total del terreno, conformado en su totalidad por mata atlántica", uno de los ecosistemas más amenazados del mundo.
"Hay incluso cedros, que están amenazados de extinción y es un árbol sagrado para el pueblo Guarani", expresó la abogada.
Los indígenas piden que el área sea destinada a la creación de un parque ecológico y un memorial de la cultura Guarani y, durante el periodo de ocupación, han sembrado 800 esquejes de árboles nativos para compensar la tala llevada a cabo por la constructora.
Por otra parte, la propietaria del terreno, Tenda, pretende erigir en el local 11 torres con 880 apartamentos, aunque podrían ampliarse a 2.000 posteriormente.
La alcaldía de Sao Paulo afirmó en una nota que la construcción del complejo fue aprobado el pasado 10 de enero y que la obra "no está en área indígena", y cuenta además con un "Acuerdo de Compromiso Ambiental".
Ya la constructora aseguró que posee "todos los documentos necesarios de autorización para la realización de la obra" y que sigue "abierta al diálogo".
"La constructora Tenda sigue abierta al diálogo con la comunidad indígena y autoridades para encontrar una solución al estancamiento político y socioambiental", recalcó.
Completó que el proyecto prevé "la supresión de 528 árboles, la replantación de otros 549 en el local y la donación de 1.099 esquejes para la ciudad".