El Gobierno brasileño presentó este miércoles un proyecto de ley que regirá los presupuestos de 2021, en el que duplicó hasta el equivalente al 1,86 % del Producto Interno Bruto (PIB) su previsión de déficit fiscal, debido a la COVID-19.

En los presupuestos de 2020, aprobados el año pasado por las cámaras legislativas, el Gobierno ya había establecido que para 2021 aspiraba a una meta de déficit fiscal de 68.500 millones de reales (hoy unos 13.700 millones de dólares).

Sin embargo, en un primer proyecto de las llamadas "directrices presupuestarias" para 2021, presentado hoy y que servirá como base de discusión para los presupuestos definitivos, esa cifra ha sido elevada a 149.600 millones de reales (29.920 millones de dólares), que representan un 1,86 % del PIB.

El proyecto remitido al Parlamento por el Ministerio de Economía dice que, aun con la crisis que se prevé para este año debido a la parálisis de las actividades impuesta por el coronavirus, los cálculos respetarán una ley aprobada en 2017, que limita el aumento del gasto a la inflación del ejercicio anterior.

"La política fiscal (propuesta para 2021) se apoya en el techo de gastos" establecido por esa ley y contempla "la incertidumbre para las previsiones de recaudación" impositiva en 2021, al tiempo que "mitiga los riesgos" y "garantiza la solvencia de las cuentas" públicas, indica el documento.

Según el secretario del Tesoro Nacional, Mansueto Almeida, el ritmo de recuperación de la economía del país después de la crisis sanitaria "es muy incierto" y el Gobierno intentará "acelerar" otras medidas para aumentar la recaudación fiscal, entre las que citó las privatizaciones o concesiones al sector privado ya previstas.

Para este año, los presupuestos tenían una previsión de déficit de 124.000 millones de reales (24.800 millones de dólares), pero la pandemia de coronavirus llevó al Gobierno a declarar un "estado de calamidad", aprobado ya por el Parlamento, que le permite incumplir esa meta.

Las nuevas previsiones de déficit para este año aún no han sido anunciadas, pero tanto el Ministerio de Economía como expertos del sector privado coinciden en que se situará en torno a los 400.000 millones de reales (80.000 millones de dólares), que representan cerca del 4 % del PIB.

La pandemia de coronavirus ha impactado con fuerza en la economía brasileña en momentos en que aún no se recuperaba de la recesión en que se hundió entre 2015 y 2016, un período en que cayó un 7 %.

En 2017 y 2018, respectivamente, el crecimiento fue del 1,3 % y el año pasado esa tasa se redujo al 1,1 %.

El Gobierno esperaba un despegue en 2020, con un crecimiento del 2,5 %, pero ya ha rebajado esa previsión al 0,2 %, pese a que tanto los mercados como algunos organismos internacionales alertan de que la economía brasileña puede caer este año hasta un 5 %, debido a los efectos de la COVID-19.

Aún así, y a pesar de los efectos "inciertos" de la pandemia, el Gobierno continúa trabajando con una previsión de crecimiento para 2021 en torno al 3 %.