Nicaragua conmemora este viernes el Día Internacional de los Trabajadores, con una crisis económica que atraviesa su tercer año consecutivo, con mayor desempleo y pobreza, y en medio de la pandemia de COVID-19 que ha dejado cuatro muertos, según los datos oficiales.
El Gobierno nicaragüense esperaba que en 2020 el producto interno bruto (PIB) mostrara un leve crecimiento del 0,5 %, tras caer un - 4 % en 2018 y un - 3,9 % en 2019, sin embargo, entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) han previsto decrecimientos de entre - 6 % y - 5,9 %, mientras que la no gubernamental Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) estima hasta un -13,7 %.
Grupos opositores recordaron esta mañana que desde el levantamiento popular contra el presidente Daniel Ortega en Nicaragua, en abril de 2018, más de 400.000 trabajadores han quedado desempleados y no todos los que conservan sus plazas gozan a plenitud sus derechos laborales ni de los beneficios de seguridad social.
DÍA DE RECLAMOS
“Hoy también es un día para hacer un compromiso de lucha integral por una Nicaragua en que los trabajadores disfruten sus derechos y los frutos del trabajo”, reclamó el Movimiento Campesino de Nicaragua.
La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia apeló al Código Penal para reclamar al Gobierno que "los trabajadores no deben ser discriminados por su forma de pensar, se debe velar para que no sean acosados y el Estado debería procurar la ocupación plena y productiva de todos los nicaragüenses”.
La también disidente Unidad Nacional Azul y Blanco hizo referencia a la situación que viven los trabajadores de la salud en medio de la pandemia, al señalar que “la irresponsabilidad de un Estado negligente deja al personal médico vulnerable al COVID-19, provocándoles mayor exposición y riesgo de enfermedad".
"Hoy, en el Día del Trabajador exigimos condiciones dignas que garanticen su integridad y salud”, agregó la agrupación.
Los reclamos de los opositores contrastaron con las felicitaciones que cada uno de los ministerios y los Poderes del Estado dedicaron a los trabajadores en las redes sociales, incluido un polémico saludo del presidente.
“Nuestro saludo a todos los trabajadores del mundo y trabajadores del munda”, dijo en la víspera Ortega en un mensaje que fue motivo de burlas, memes y de comparaciones con frases del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.
RUPTURA INTERNA
Como cada 1 de mayo, los nicaragüenses que gozan de empleo formal aprovecharon el día asueto para realizar sus compras en los mercados populares, que lucieron especialmente visitados, a pesar de la cuarentena voluntaria que predomina en el país a causa del COVID-19.
El presidente Daniel Ortega se ha negado a establecer restricciones para evitar la propagación del virus, del que ya hay 14 casos confirmados en el país y cuatro muertos, y apenas esta semana anunció medidas mínimas de prevención social.
Ortega, cuyo Gobierno promueve actividades de aglomeración, ha insistido en dar prioridad a la economía sobre el tema de la salud pública, con el argumento de que el país no se puede detener.
La posición de Ortega es vista como un asunto de derecho a la salud por la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de Estados Americanos (OEA) también han expresado públicamente su preocupación por la forma en que el Gobierno nicaragüense enfrenta la crisis sanitaria.