El abogado defensor del expresidente de Bankia Rodrigo Rato, que ha reanudado este lunes la exposición de su informe final en el juicio por la salida a Bolsa de la entidad, ha destacado que no hubo "ni contabilidad paralela, ni paraísos fiscales, ni ocultación de datos", sino sólo "buena praxis bancaria".
El letrado ha puesto énfasis en el hecho de que no se ha podido acreditar "ninguna ocultación de datos", ya que en su opinión lo que se pretende es "valorarlos de manera distinta" al criterio de los entonces administradores.
La de Bankia fue una trayectoria que en todo momento estuvo sujeta a un seguimiento continuado por parte de los organismos reguladores y supervisores, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Todos ellos dieron su visto bueno a una actividad, la bancaria, que conlleva un elevado nivel de riesgos, entonces "¿qué más había que hacer?", se ha preguntado.
La supervisión de Bankia, y anteriormente de BFA y de las cajas que dieron lugar a la entidad fue en todo momento "máxima", mediante equipos de inspección "in situ", mediante el que se obtiene más y mejor información, de manera más temprana y con mejores flujos, que no dieron lugar a ni un sólo expediente o reparo.
Está acreditado, ha explicado el abogado, que se conformaron hasta nueve grupos de trabajo formados por inspectores del Banco de España, técnicos de las entonces cajas, "que tocan todas las áreas, contable, jurídica, laboral".
A partir de septiembre de 2010, en el momento de formarse el sip de cajas, hubo cientos de reuniones, ha añadido.
Y no existió "ningún dato relevante que no haya sido conocido", ha reiterado, ya que "lo que se discute en esta Sala es el tratamiento contable de datos conocidos", pero no su manipulación.
Rodrigo Rato se enfrenta a una petición de la Fiscalía Anticorrupción de ocho años y medio de cárcel por presunta estafa a inversores y falsedad contable.