La crisis turística provocada por la quiebra del turoperador británico Thomas Cook ha afectado a por lo menos 53.000 turistas en España, mientras que amenaza con causar daños en el sector y en la generación de empleo, especialmente en los archipiélagos de Canarias y Baleares.
El Gobierno central, las comunidades autónomas y empresas hoteleras se han reunido este martes para abordar medidas ante la situación generada por la suspensión de pagos de Thomas Cook y se han emplazado a una nueva reunión en los próximos días donde concretar una hoja de ruta ante la crisis turística abierta.
En la reunión de este martes, la ministra de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Reyes Maroto, ha elevado hasta al menos 53.000 el número de turistas afectados en España, es decir los que estaban disfrutando de vacaciones con un paquete de la compañía, y ha avanzado que solicitará al Reino Unido que refuerce su plan de contingencia para estos turistas.
En total se han visto afectadas 150.000 personas que estaban de viaje con la turoperadora en distintos países y para ellos se ha puesto en marcha un plan de contingencia.
Hasta ahora se han puesto en marcha vuelos para llevar a casa a 14.700 turistas, pero se desconoce cuántos corresponden al mercado español, ya que el plan es por países y no por nacionalidades.
La Autoridad de la Aviación Civil británica (CAA, en sus siglas en inglés) había calculado esa cifra de afectados en España en 30.000, por lo que la ministra ha pedido más información a la empresa para poder conocer cómo va a ser el regreso a casa de esos turistas.
Según el Gobierno, 35.00 de esos 53.000 afectados están en Canarias, 13.000 en Baleares y 5.000 en Cataluña, y sin cuantificar en Andalucía y la Comunidad Valenciana.
Además de la situación de los turistas perjudicados de forma inmediata -un total de 600.000 sumando a las personas que han comprado viajes pero aún no los han disfrutado-, el Gobierno central y las comunidades autónomas han abordado el daño que puede hacer al turismo español la quiebra de Thomas Cook, que en España cuenta con más de 50 hoteles y cada año trae a unos cuatro millones de turistas.
Maroto ha confirmado que los hoteleros españoles están dispuestos a asumir parte de la deuda de Thomas Cook y ha avanzado que España trabaja para poder salvar a algunas filiales del turoperador británico.
En este sentido, la ministra ha señalado que el Gobierno trabaja con Alemania y Suecia para evitar la quiebra en particular de las dos filiales que operan en el mercado español, Condor y Thomas Cook Escandinavia.
También ha anunciado que ha habido conversaciones "al más alto nivel" con estos dos gobiernos para que ambas filiales sigan funcionando, al menos en lo que queda de temporada.
Maroto ha destacado la importancia de que la deuda hotelera en las diferentes autonomías "se cobre" -unos 200 millones de euros, según la patronal Exceltur-, y de "asegurar la conectividad para no perder todo el volumen de turistas que hasta diciembre y la siguiente temporada tienen ya comprometido su viaje vacacional".
Por su parte, representantes del área de Turismo de Canarias, Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía han avanzado que pedirán al Ejecutivo que aplique subvenciones para el sector hotelero en esos territorios.
También han subrayado la necesidad de proteger el empleo en un sector que es clave para la economía española.
Thomas Cook emplea a unas 2.500 personas de forma directa en España pero, según han advertido los sindicatos, el impacto de su situación puede hacer peligrar el 10 % del empleo en el sector hostelero en las zonas más afectadas como Canarias y Baleares.
En esta línea, el presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Rafael Gallego, ha asegurado que prevé una "fuerte tormenta" y que en destinos como Canarias se puede dar por perdida la temporada de invierno, lo que puede abocar a la desaparición de muchas pymes.
En declaraciones a Efe, Gallego ha explicado que el 17 % de los turistas que viajaban a Canarias lo hacían a través de Thomas Cook, principalmente en invierno, y que hay "cientos de miles de turistas que tienen pagadas sus vacaciones y que va a ser difícil que vuelvan a contratarlas con otros operadores".
Thomas Cook, con 178 años de historia, emplea a 20.000 trabajadores en todo el mundo -9.000 en el Reino Unido- y anualmente ofrece servicios a 19 millones de personas en 16 países.