El Gobierno de Brasil ha encontrado en el comercio exterior la receta idónea para limar asperezas con los países árabes, un mercado estratégico que espera ampliar en el futuro, pese a la promesa del presidente Jair Bolsonaro de trasladar a Jerusalén su embajada en Israel.
La mayor economía de Suramérica renovó sus votos comerciales con Oriente Medio en una gira de la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa, que concluyó el lunes pasado y que le llevó por Egipto, Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos.
El viaje, de cerca de dos semanas de duración, ha servido para demostrar la disposición de Brasil de estrechar los lazos con esta región clave para el sector agropecuario del país y de paso, favorecer un clima más cordial entre las partes.
La relación entre ambos pasó por un momento delicado cuando Bolsonaro, líder de la extrema derecha en Brasil, reafirmó su intención de trasladar la embajada de Brasil en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, como ya hizo Estados Unidos.
Esa pretensión generó un profundo malestar en muchos países árabes, que están entre los mayores importadores de carne de pollo de Brasil, pero nunca llegó a concretarse.
De hecho, en una visita posterior a Israel, el mandatario únicamente manifestó que abrirían una oficina comercial en la Ciudad Santa. Ni rastro del cambio de embajada y así hasta hoy.
"El Gobierno definió que habrá una oficina comercial, por lo que parece que ese asunto está resuelto", dijo a Efe Rubens Hannun, presidente de la Cámara de Comercio Árabe-Brasileña, quien alabó el "liderazgo" y la "transparencia" de la ministra y "el respeto que mostró" a sus socios árabes.
"Ahora la relación está yendo muy bien sin reflejos negativos de lo que podría haber pasado con ese cambio de embajada", completó.
Esas buenas sensaciones se reflejaron en la gira de la ministra, cuyo principal objetivo fue abrir nuevos caminos para los exportadores brasileños.
"El resultado fue muy positivo", valora a Efe Lígia Dutra, la superintendente de Relaciones Internacionales de la Confederación de Agricultura y Pecuaria de Brasil, que acompañó la misión.
En su opinión, la comitiva tuvo éxito en "aproximar nuevamente" a los sectores privados de Brasil y esos países árabes, después de un leve distanciamiento "en los dos últimos años".
En 2018, las exportaciones agropecuarias a 55 países árabes y musulmanes sumaron 16.130 millones de dólares, lo que representa el 19 % del total de las ventas externas del agronegocio brasileño, por delante solo figuran la Unión Europea y China, principal socio comercial del país, según datos del Ministerio de Agricultura.
El saldo podría incrementarse después de que, durante el viaje de la ministra, Egipto abriera su mercado, que engloba a unos 100 millones de consumidores, a los productos lácteos brasileños, que estaba pendiente desde 2016.
Además, Arabia Saudí dio luz verde a la importación de castañas y derivados de huevo y amplió el acceso a frutas brasileñas.
Brasil también recibió los permisos para exportar miel a Kuwait, mientras que en Emiratos, Correa presentó oportunidades de inversión en infraestructuras para mejorar el sistema de transporte brasileño a través de iniciativas público-privadas.
"Si conseguimos tener una logística financiada con inversión árabe, habría beneficio para ambos lados" porque se reducirían los costes de transporte de los productos y "los precios serían más accesibles para el consumidor árabe", analizó Hannun.
Asimismo, Dutra destacó que los cuatro países también mostraron un alto interés en importar cafés especiales de Brasil.
El Gobierno de Bolsonaro, en el poder desde el pasado 1 de enero, considera que ese flujo puede crecer todavía más, si aumentan las inversiones y los negocios de forma recíproca.
En este sentido, Correa, una importante empresaria con estrechos vínculos con los grandes propietarios rurales de Brasil, puso el acento en la necesidad de diversificar el catálogo de exportaciones y de "llevar ítems diferenciados a la mesa de los árabes, como cortes especiales de carnes".
"Brasil va a tener que comenzar a pensar en exportar no solo materias primas, sino también productos con valor agregado", señaló la ministra el miércoles al hacer un balance de la gira.
Dentro de ese clima de cordialidad reinante, Bolsonaro tiene previsto visitar a finales de octubre tres países del Golfo Pérsico: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Catar.
Carlos Meneses Sánchez