Una empresa coruñesa de mantenimiento de parques eólicos comprada en 2022. Un megaproyecto de molinos flotantes en aguas gallegas. E ingeniería financiera para aprovechar el régimen fiscal de las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE), opaca figura que desde hace tres décadas atrae multinacionales a España con generosas deducciones.
Son tres claves que están detrás del silencioso desembarco español de Invenergy.
Con sede en Chicago, su única actividad real conocida aquí hasta ahora ha sido la compra, a finales de 2022, de la gallega Huso Renovables, dedicada al mantenimiento de parques eólicos, radicada en As Somozas (A Coruña) y con más de 200 empleados.
Ahora Invenergy acaba de plantear construir un parque de energía eólica marina flotante con 552 megavatios (MW) de potencia en aguas coruñesas: serían 24 aerogeneradores con capacidad para producir el 15% de la demanda total de Galicia o de unos 600.000 hogares. El complejo estaría situado muy lejos de la costa, a entre 45,7 y 60 kilómetros, lo que lo convertiría, a día de hoy, en la instalación de este tipo más alejada de tierra firme.
La propuesta, bautizada como O Boi, es de momento un papel: documento inicial de proyecto (DIP), es decir, un interés preliminar por desarrollar una tecnología que aún tiene que dar sus primeros pasos en España y está mucho más desarrollada en otros países.
Mientras se sustancia ese proyecto, Invenergy ha desplegado en los últimos años, y ya antes de cerrar la adquisición de Huso, cerca de una veintena de sociedades holding en Madrid que se han ido acogiendo al régimen ETVE entre diciembre de 2016 y septiembre de 2021.
Se trata de empresas con activos en varios casos multimillonarios, sin apenas actividad real y controladas en su mayoría desde el microestado de Delaware (EEUU). Un clásico de la ingeniería financiera. Con él Invenergy canaliza inversiones en diferentes países valoradas en sus estados contables en cerca de 700 millones de euros.
Se trata de proyectos eólicos, solares, de transporte, generación eléctrica o almacenamiento ubicados en Canadá, El Salvador, Colombia, México, Uruguay, Reino Unido o Israel, de acuerdo con la información disponible en el Registro Mercantil que ha podido consultar elDiario.es.
La foto más precisa es la del cierre del ejercicio 2022, último dato disponible. A esa fecha, la ETVE de Invenergy con más activos (157 millones) era Invenergy Clean Power Spain SL, controlada por Invenergy Clean Power LLC (Delaware). Acogida al régimen ETVE en 2016, es la propietaria del 76,47% de Invenergy Clean Power El Salvador LTDA de CV.
Se trata de una de las sociedades que está tras el proyecto Energía del Pacífico (EDP). Ubicado en el Puerto de Acajutla (El Salvador), comprende una central de ciclo combinado de 380 MW, una regasificadora flotante y dos líneas de transmisión eléctrica. En operación desde 2022, es la mayor inversión extranjera en la historia de El Salvador. Se concibió para cubrir un 30% de la demanda eléctrica del país.
El segundo mayor accionista de esa empresa salvadoreña en la que participa esa ETVE española es una sociedad inscrita en Panamá en 2011, Talgarth Trading, administrada por dos firmas de Islas Vírgenes. Está vinculada al Grupo Calleja, una de las mayores cadenas de supermercados de El Salvador y socio local de la estadounidense en ese país.
A continuación figura Invenergy Renewables Canada Development SL, otra ETVE con activos de 131 millones que el grupo estadounidense trasladó a Madrid en diciembre de 2020 desde Luxemburgo. Es la dueña del 100% de una holding en Canadá y dos empresas de desarrollo de proyectos de renovables en ese país norteamericano.
Para no aturullar al lector con una lista de sociedades, baste decir que la lista de ETVEs de Invenergy en España sigue hasta cerca de veinte mercantiles sin apenas cifra de negocio que, en varios casos, antes de estar controladas desde Delaware colgaban de firmas ubicadas en Países Bajos y Luxemburgo.
En cualquier caso, los frutos de este entramado fiscal están por materializarse. Tras acogerse al régimen ETVE, durante los ejercicios 2022 y 2021, todas estas sociedades precisan en sus cuentas que no han “recibido rentas a las que les sea de aplicación el citado régimen especial”.
En ellas figura como presidente Paul Abitante, vicepresidente ejecutivo y responsable de Desarrollo Internacional de Invenergy y afincado en Madrid, según su perfil en la red social LinkedIn. Todas estaban radicadas hasta este año en el número 41 de la calle Serrano. Allí está el despacho internacional Intertrust, que alberga, entre otras, sociedades de grandes fortunas latinoamericanas como Edith Rodríguez, la mujer más rica de Argentina. Este año, las empresas de Invenergy han movido su sede a un nuevo domicilio en la calle Príncipe de Vergara de Madrid. elDiario.es contactó con el grupo Invenergy, que no ha hecho comentarios.
Prácticamente exentasEl régimen ETVE data de 1995 y está reservado a sociedades con sede en España que mantienen inversiones en el extranjero. Deja prácticamente exentas las ganancias con origen en dividendos y en plusvalías por la transmisión de acciones en sociedades extranjeras.
Su uso había aminorado en los últimos años, pero en 2023 estos vehículos atrajeron a España una inversión extranjera neta de 4.356 millones. Esto cuadruplica los cerca de 1.100 millones de 2022, según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Comercio, que no contabiliza esta cifra como inversión “productiva”.
Los ETVE son una figura un tanto opaca y polémica. Se habla mucho del famoso sandwich holandés (instrumentales en Holanda controladas desde sociedades en territorios de baja tributación), pero este régimen lo han utilizado durante años multinacionales como Pepsi, Walmart, Pemex o Vodafone para ahorrarse cientos de millones en impuestos en otros países (especialmente latinoamericanos) utilizando como plataforma España.
Un ejemplo reciente es el del polémico empresario ultraliberal Ricardo Salinas, la tercera fortuna de México, que está eludiendo impuestos con varias ETVE en España mientras su país le reclama miles de millones por varios litigios fiscales.
Con oficinas regionales en Estados Unidos, Canadá, México, España, Japón, Polonia y Escocia, Invenergy fue fundada en 2001 por un ingeniero ucraniano, Michael Polsky, que en 1976, con 26 años, emigró junto a su esposa embarazada desde la extinta Unión Soviética hasta Detroit. Tenía 500 dólares en el bolsillo “y cuatro maletas con sus pertenencias”, como señala la web de la compañía.
Le fue bien: tras unos comienzos duros, Polsky acabó haciéndose millonario con SkyGen, especializada en la generación con gas y que vendió en 2000 por 450 millones de dólares para luego montar Invenergy. Poco después se divorciaría de su esposa Maya, a la que un tribunal reconoció en 2007 una compensación de 184 millones de dólares, en una de las cifras más elevadas de la historia.
Hoy Polsky es una de las 1.000 personas más ricas del mundo, con un patrimonio de 3.300 millones de dólares, según Forbes. “Es un multimillonario de la energía renovable, no un ambientalista”, titulaba sobre él en marzo The Wall Street Journal.
La compañía que fundó tiene un tamaño considerable pero que no es comparable al de las grandes eléctricas españolas. Sus más de 2.500 empleados palidecen respecto a los más de 9.000 efectivos de Endesa o los más de 42.000 de Iberdrola, una de las mayores empresas del sector y con una importante presencia en Estados Unidos.
Pero Invenergy, que forma parte de la Asociación Eólica Española (AEE), se ha convertido en un actor relevante en este negocio, con una valoración que algunos analistas cifran en torno a 10.000 millones de dólares.
La compañía ha desarrollado más de 200 proyectos de eólica, fotovoltaica, almacenamiento, ciclos combinados o redes de transmisión con una potencia agregada superior a los 32.000 MW en América, Europa y Asia. A cierre de 2023, tenía 25 gigavatios (GW) en operación, 4 GW en construcción o con contrato (PPA) firmado (3 GW), según los datos que ha facilitado al Ministerio para la Transición Ecológica en la documentación inicial de su proyecto offshore en Galicia.
En 2018, Caisse de dépôt et placement du Québec (CDPQ) anunció un acuerdo para alcanzar un 52,4% del capital de la compañía, en la que participaba desde 2013 y en la que esta entidad canadiense realizó una aportación adicional de 1.000 millones a finales de 2020. En 2022 el gigante estadounidense Blackstone (presente en buena parte de las firmas del Ibex 35) inyectó a Invenergy 3.000 millones de dólares para acelerar su crecimiento, en una de las mayores inversiones en este sector en Norteamérica hasta esa fecha.
En su país de origen, el Estado de New Jersey adjudicó a Invenergy recientemente la construcción de un megaparque de eólica marina de 2.400 MW que deberá estar en marcha para principios de la próxima década. La compañía acaba de abrir su primer parque eólico en Japón, donde opera hace más de diez años.
El grupo estadounidense también ha entrado en el negocio de la producción de paneles solares, con la puesta en marcha de una factoría en Ohio en alianza con la china LONGi. Un despliegue en el que, a escala internacional, España está llamada a jugar un papel relevante como silenciosa plataforma para optimizar la factura fiscal de sus inversiones fuera de Estados Unidos.