Ha sido a la segunda y sin ningún voto en contra. El Congreso de los Diputados ha convalidado este jueves la reforma del subsidio por desempleo, tras el batacazo que supuso para el Ejecutivo que Podemos tumbase una primera versión, presentada en enero, por la reducción de la cotización de los mayores de 52 años que cobran esta prestación del 125% al 100%, y que ahora Trabajo ha revertido.
La postura de Podemos en aquella primera votación supuso la ruptura de facto con el grupo parlamentario de Sumar, con quien se presentó a las elecciones. “La valentía de mi grupo político hizo que nos convirtiéramos en la diana de una campaña de desprestigio que negaba la mayor”, ha reivindicado Santana. Su negativa a convalidar decreto contó con la oposición de los sindicatos que, pese a no haber sido negociado en la mesa del diálogo social, consideraban que la mejor opción era convalidarlo e incorporar mejoras y correcciones durante el trámite parlamentario.
El decreto convalidado este jueves cuenta ya con el respaldo de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, a quienes Díaz ha agradecido sus aportaciones. También a las asociaciones empresariales cuyas aportaciones, pese a que no han firmado el acuerdo, “han mejorado sensiblemente el contenido de la norma”, ha dicho la vicepresidenta segunda, que ha catalogado la reforma como “la más ambiciosa sobre el nivel asistencial del desempleo hasta ahora”.
La reforma del subsidio es un compromiso con Bruselas para el cuarto desembolso de los fondos europeos 'Next Generation'. Sin embargo, Díaz ha reivindicado que la norma, convalidada con la abstención de PP y Vox, “no es un trámite” ni “un mero compromiso con Europa, que también lo es”, sino que “va a permitir a muchos ciudadanos y ciudadanas vivan mejor en nuestro país”. “Ojalá aquellos y aquellas que en su día recortaron las prestaciones por desempleo en los momentos más críticos de nuestra historia se sumen al avance de los derechos sociales en España”, había pedido la titula de Trabajo.
La reforma incluye la ampliación del subsidio en 90 euros, hasta los 570 para los nuevos receptores durante los primeros seis meses. “Es una cantidad demasiado importante para quien accede al subsidio”, ha dicho Díaz, “que determinará la diferencia entre comer fruta fresca y pescado o no”. Además, se amplía la prestación a los eventuales agrarios, ante lo que la vicepresidenta segunda ha reclamado a la derecha que “proteger al campo no es lanzar proclamas contra el medio ambiente”: “Cuanto hablan de agricultura, pero hoy van a votar en contra”, lamentó.
El subsidio se amplía también a las personas menores de 45 años sin cargas familiares, hasta ahora excluidas, y a las temporeras marroquís que trabajan en España. Además, equipara la cuantía que reciben las personas que hubieran estado empleadas a tiempo parcial, con aquellas a tiempo completo. Esta medida supone un beneficio para las cuantías que reciben las mujeres, que son generalmente las que recurren a esta parcialidad no deseada y que se veían luego perjudicadas en la prestación. “Es una norma especialmente feminista por el impacto de género que tiene”, ha defendido Díaz, que ha recordado que incluye un nuevo subsidio para las víctimas de violencia machista.
Sin mes de esperaEntre las novedades, la posibilidad de compatibilizar durante seis meses el subsidio con la actividad laboral, “sin riesgo a perder el derecho o a ver aminorada su cuantía”, ha explicado Díaz. Además, se suprime en la mayoría de subsidios el doble requisito de carencia de rentas, la propia y la de la unidad familiar, que ahora la persona beneficiaria podrá elegir, y el mes de espera para recibir la prestación. “¿Se han preguntado por qué teníamos ese mes de espera?”, ha interpelado la ministra de Trabajo a la Cámara, donde ha considerado que “estábamos culpabilizando a las personas desempleadas de su situación”.
Los grupos que habían apoyado el real decreto presentado en enero han celebrado los cambios introducidos por Trabajo y han catalogado la medida como positiva, aunque algunos han lamentado que no fuera más allá. Desde el BNG han vuelto a reclamar la derogación completa de la reforma laboral del Partido Popular; ERC ha señalado la “timidez de ciertas mejoras”, como las cuantías, que Podemos también había pedido que fueran mayores; y Bildu ha indicado que las mejoras son “parciales”.
El portavoz de esta formación, Oskar Matute, ha reivindicado que las mejoras en el permiso de lactancia, que la reforma garantiza ahora en 28 días, hasta ahora condicionado a la negociación colectiva, “aún queda muy lejos” de lo que en Euskadi “ha provocado una huelga general y ha hecho salir a decenas de miles de personas a la calles para defender un sistema público de cuidados”. “Es ahí donde tenemos que fijarnos”, ha pedido. En esa línea, el texto convalidado incluye la modificación del Estatuto Básico del Empleado Público, que podrán adaptar su horario si tienen “necesidades de cuidado respecto de los hijos e hijas mayores de doce años”.
La reforma incorpora también la prevalencia de los convenios autonómicos, que Pedro Sánchez había negociado con el PNV a cambio de su apoyo en la investidura. Esta prevalencia solo será efectiva, había advertido ya la ministra, “si las formulaciones son más favorables para el trabajador o la trabajadora”. Y ha sido este el punto que el PP ha esgrimido para negarse a apoyar la convalidación del real decreto. “Es infumable en el fondo y en la forma, porque supone una ruptura, una desigualdad entre los territorios”, ha dicho el portavoz del partido, Ángel Ibáñez, durante su intervención, en la que ha recalcado que “pueden estar incurriendo en inconstitucionalidad” y que se saltan el acuerdo entre sindicatos y patronal que, en la negociación para la reforma laboral, “decidieron no abordar así el asunto”. El PP votó en contra de aquella medida, pese a que contaba con el consenso de los agentes sociales.
La convalidación del decreto, con la abstención de PP y Vox, permite que la norma siga en vigor. Lo que si han apoyado estos grupos es la tramitación como proyecto de ley por la vía de urgencia, lo que permite introducir modificaciones en un periodo ajustado de tiempo.