Medio millón de demandantes europeos, entre ellos miles de españoles, buscarán a partir de mañana en la Audiencia de Braunschweig (Alemania) una compensación de Volkswagen por el caso de la manipulación de las emisiones contaminantes.
Se trata de la primera macrodemanda que llega a los tribunales en Alemania -después de una reforma legal aprobada el pasado noviembre- y el fabricante de automóviles, en cuyo seno estalló en 2015 el escándalo del fraude en los motores diésel, ha advertido que se prepara para un proceso que puede durar "años".
La demanda, encabezada por la Asociación Alemana de Organizaciones de Consumidores (VZBV) y el club de automovilistas ADAC, aspira a demostrar que sus clientes, propietarios de vehículos afectados por el escándalo de las emisiones, han visto como sus coches perdían valor por el escándalo y deben ser compensados.
El presidente de la VZBV, Klaus Müller, se ha mostrado optimista y asegurado que "es posible que el dinero fluya rápidamente" a pesar de que la empresa se ha negado a llegar a un acuerdo prejudicial.
Según la Oficina Federal de Justicia de Alemania, hasta el 25 de septiembre eran 468.992 los conductores que se habían sumado a la macrodemanda, aunque era posible inscribirse para formar parte del proceso hasta este domingo.
Uno de los bufetes que representa a los afectados es Dolce Lauda, con unos 4.000 consumidores de Alemania, Italia y España, la mayor parte de ellos españoles.
Diez bufetes españoles representan a la Asociación de Afectados por Volkswagen, que agrupa a más de 3.000 afectados en España.
La acusación apunta a la reciente sentencia de la Audiencia de Coblenza, que obligó a Volkswagen a indemnizar al propietario de un Sharan con 26.000 euros por este mismo caso, un fallo pionero que ha sido recurrido por el fabricante.
Volkswagen, por su parte, ha anunciado que aportará un peritaje de la auditora Deloitte que estima que le podría librar del pago de indemnizaciones a los consumidores.
Según este informe, el valor residual de los modelos investigados no bajó al conocerse la manipulación en septiembre de 2015, sino a partir del tercer trimestre de 2017, tras publicarse informaciones sobre la posible prohibición de circulación para algunos vehículos diésel en Alemania.
Esto pondría en duda el argumento de la acusación de que la pérdida de valor de los vehículos es culpa del escándalo.
Según datos de Volkswange, alrededor de 11 millones de vehículos en todo el mundo -unos 2,5 millones en Alemania- incorporaban en su software comandos que trucaban las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) solo durante las pruebas en laboratorio.
En carretera estos vehículos contaminaban mucho más de lo permitido y de lo que constaba en sus papeles, porque el "software" desactivaba por defecto el filtro que reducía las emisiones de NOx, pero también la potencia.
Los modelos afectados de Volkswagen son Jetta, Golf, Beetle y Passat, así como el Audi A3 que montaban un motor diésel del tipo E189.